Acerca del menú para los niños de Haití

Children queuing for food at St. Marie Credits: Magnier/Caritas

Children queuing for food at St. Marie
Credits: Magnier/Caritas

Entre los riesgos a que hacen frente los niños tras el terremoto de Haití no sólo figura la trata sino también el hambre. Hasta el 24 por ciento de los niños menores de cinco años padece malnutrición crónica en Haití. En las zonas pobres, este porcentaje es aún mayor.

Una de las prioridades de Caritas tras el terremoto ha sido facilitar regularmente alimentos a los supervivientes. Hasta ahora, Caritas ha proporcionado alimentos a 600.000 personas.

La comunidad de Sainte Marie de Port-au-Prince es uno de los lugares en que Caritas ha distribuido alimentos a los niños. Hoy, ellos esperan una comida caliente compuesta de arroz, frijoles y carne.

“Hasta hace dos semanas, no solía comer regularmente,” afirma Géraldine, de 14 años de edad. “Ahora que las distribuciones de alimentos han comenzado en la comunidad, mis padres se sienten seguros pues saben que comeré al menos una vez al día.”

Más de 5000 personas se han refugiado en la comunidad de Sainte Marie en busca de alimentos y abrigo. En colaboración con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, Caritas organiza la distribución de comidas calientes todos los días para 800 niños del asentamiento.

Tomar comidas regularmente es esencial para los niños, pues los ayuda a crecer y previene las enfermedades. Sin viviendas, con muy poco dinero y escaso trabajo, muchos padres han tenido dificultades para alimentar a sus hijos tras el terremoto.

“Para nuestro padres, es muy difícil arreglárselas con lo que tienen,” afirman las mellizas Sandra y Samantha, de 14 años de edad. “A veces comen, otras, no. Como no pueden trabajar, no tienen dinero. ¡Pero nunca nos quitarían nuestra comida!”

Los niños que no ingieren las vitaminas y minerales suficientes que aporta una comida adecuada pueden tener retrasos del crecimiento y problemas de concentración en la escuela. A largo plazo, los niños desnutridos influyen en el desarrollo económico del país en que viven.

Caritas confía en que los alimentos que distribuye eviten que cada vez más niños en Haití padezcan malnutrición y sufran las consecuencias perennes de esta enfermedad. Las comidas deberían reforzar la nutrición de los niños hasta que sus padres puedan encontrar otras fuentes de alimentación que ofrezcan una mayor variedad de nutrientes.

“Me gusta la comida, me gusta cuando está caliente,” dice Samantha, de 5 años de edad. “¡Pero quiero que cambie el menú!”

 

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