El óbolo de la viuda en el terremoto de Haití

Caritas reached 1.5 million survivors in Haiti with emergency relief in the first three months after the earthquake. Credits: Katie Orlinsky/Caritas

Caritas reached 1.5 million survivors in Haiti with emergency relief in the first three months after the earthquake.
Credits: Katie Orlinsky/Caritas

La fragilidad de Haití, el país más pobre del hemisferio occidental, era demasiado evidente. La tierra convulsionó y derribó los débiles hogares, casas y hospitales. El terremoto cobró la vida de más de 230.000 personas y más de tres millones quedaron damnificadas en Puerto Príncipe, la capital plagada de tugurios, en los pueblos aledaños de Jacmel y Léogâne, y en otras partes. El 12 de enero trajo consigo uno de los peores desastres de los últimos tiempos para el pueblo de Haití.

Gracias a la prolongada presencia de Caritas fue posible responder inmediatamente a la emergencia. Caritas Haití cuenta con una sólida red nacional, con 10 oficinas en diócesis alrededor del país. Otros miembros de Caritas, como Catholic Relief Ser vices de Estados Unidos, y Caritas Suiza, están bien establecidos en Haití. Justo al otro lado de la frontera, Caritas Dominicana ayudó rápidamente a establecer un conducto para la ayuda de emergencia.

La vecina cercana, Caritas Mexicana, envió inmediatamente a tres monjas que eran enfermeras tituladas y un equipo de búsqueda y recate que sacó a sobrevivientes de entre los escombros. Cuando Enu Zizi fue desenterrada de entre los escombros viva, una semana después del terremoto, les susurró: “Je t’aime – te amo” a todos los que la sacaron.

En una emotiva muestra de difusión de solidaridad, el mayor número antes visto de miembros de Caritas, 63 en total, respondió a la solicitud de financiamiento y apoyo técnico. De pequeñas a grandes, dieron con generosidad.

Luego de una visita a Haití, poco después del terremoto, el Presidente Regional de Caritas América Latina y Caribe, Obispo Fernando Bargalló, preguntó: “¿Cómo podemos, como compañeros miembros regionales, prestar ayuda para el difícil camino que les espera a los haitianos y a Caritas Haití?” Una respuesta fue proporcionar fondos y apoyo, que fue lo que hicieron 15 miembros de Caritas en la región, permanecer unidos para aliviar “el dolor agudo y la profunda compasión en Cristo” que el Obispo Bargalló dijo haber visto en medio de la tremenda angustia y el daño.

En un plazo de tres meses, Caritas había llegado a más de 1,5 millones de sobrevivientes suministrando láminas de plástico, alimentos, agua potable y asistencia médica. Suxe Bienvenue y su hijo habían estado durmiendo a la intemperie por ocho días, hasta que Caritas I talia le dio una lona para montar una carpa en la plaza principal de Léogâne. Lo había perdido todo y tenía poco que comer o beber. “Guardada toda el agua que tenía y sólo bebía un poco antes de irme a dormir ”, dijo.

Era extremadamente difícil ayudar a todos a la vez. Los organismos humanitarios se enfrentaban a una de las emergencias más grandes y más complejas jamás experimentadas. Menos del 30 por ciento de haitianos había tenido acceso a atención médica antes del terremoto, y apenas 17 por ciento tenían algún tipo de ser vicio de saneamiento. Quienes tenían experiencia en la respuesta a emergencias estaban sorprendidos por lo difícil que era ayudar al gran número de damnificados.

“Incluso con 10 años de experiencia como médico en emergencias me pareció particularmente difícil identificar quiénes tenían mayor necesidad en las primeras semanas… tantas personas tenían tantas y tan grandes necesidades”, dijo el Dr. Joost Butenop de Caritas Alemania.

Los haitianos mantuvieron la fe. “Después del terremoto, el pueblo haitiano mostró una gran capacidad para la resiliencia y la resistencia”, dijo el Obispo Pierre Dumas, Presidente de Caritas Haití. “ También vimos el resurgimiento de valores, como la solidaridad, que pensamos que hacía mucho tiempo que ya no existían. Los haitianos han demostrado que en una situación difícil, frente al sufrimiento, uno no debe darse por vencido. Uno debe ponerse de pie y luchar en unidad”.

Con 90 por ciento de las escuelas de Puerto Príncipe destruidas y dos millones de niños sin tener a dónde ir, Caritas respondió a un llamado del gobierno haitiano a darle prioridad a la educación. Caritas Canadá (Desarrollo y Paz) apoyó a comunidades religiosas que estaban a cargo de escuelas, proporcionando fondos para comidas calientes, materiales y para cubrir los salarios de los maestros y maestras.

El miembro irlandés de Caritas, Trócaire, estableció lugares seguros para que los niños pudieran jugar en los campamentos que surgieron, promoviendo el aprendizaje y terapias que los ayudaron a superar sus traumáticas experiencias. En las escuelas Marie-Esther y Saint-Antoine en Puerto Príncipe, se ayudó a 1.270 niñas a salir de hogares cargados de estrés y volver a la escuela: una forma práctica y demostrada de ayudar a los niños a retornar a cierta forma de normalidad. Beverley Milford, estudiante del noveno grado, dijo: “ Para nosotros es realmente importante tener una comida aquí porque muchos de nuestros padres están teniendo dificultades para encontrar comida para alimentar a sus hijos”.

 

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