Con las sequías registradas en toda África occidental, los temporales que han azotado América del Norte y el Caribe, los glaciales que se derriten a mayor velocidad de la prevista, las pautas meteorológicas poco usuales se han hecho evidentes en 2012.
Sin embargo, algo menos clara es la voluntad política y pública de hacer los sacrificios necesarios para abordar las causas del cambio climático y sus consecuencias en la vida de los más pobres y vulnerables.
La Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático se reúne de nuevo este año en Doha, Qatar, del 26 de noviembre al 7 de diciembre.
Caritas cree que 2012 es un año importante para estas negociaciones. Los gobiernos deben construir partiendo de los progresos conseguidos el año pasado, en la Conferencia de Durban. Deben sugerir propuestas concretas sobre mayores recortes a las emisiones de gases de efecto invernadero, fondos para ayudar a las comunidades vulnerables más afectadas por el cambio climático y un plan de trabajo claro, para alcanzar un acuerdo global sobre el clima en 2015.
La Confederación Caritas, formada por organizaciones católica de ayuda humanitaria, bajo la autoridad del Santo Padre, cree en la justicia climática. Esto significa que las comunidades más afectadas por las repercusiones del cambio climático deben tener acceso a los fondos, conocimientos y recursos tecnológicos necesarios para adaptarse y mitigar las consecuencias de la inclemencia del clima.
El equipo de Caritas en Doha está compuesto por Adriana Opromolla, del Secretariado General de Caritas Internationalis, Eleazar Gomes, de Caritas Asia, el Dr. Haridas Varikkottil Raman, de Caritas India, Tegshbayar Sanduijav, de Caritas Mongolia, y Stephen Kituku, de Caritas Kenia.
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