Un par de botas, un nuevo balón y cuatro décadas de servicio hacen que se celebre un partido de fútbol en la República Centroafricana.
Los huérfanos atendidos por las hermanas Oblatas en Bangui, República Centroafricana, jugaron un partido de fútbol diferente el pasado sábado: tenían un balón nuevo.
John Coughlin, del equipo de Respuesta a Emergencias de Caritas Internationalis, ha comprado cuatro balones de fútbol y cuatro de voleibol para los niños, junto con productos de necesidad básica.Las hermanas Oblatas le habían hablado de las condiciones desesperadas a las que los 62 niños estaban haciendo frente.
La República Centroafricana está sufriendo una grave crisis desde que el año pasado el país cayera en la anarquía.
Parte del dinero usado para ayudar a los huérfanos ha venido de alguien que durante muchos años ha sido miembro del equipo de Caritas Intrenationalis: Igina Aquilotti.
Igina se jubiló el mes pasado después de 40 años de servicio en el departamento de contabilidad de la Secretaría General de Roma. En lugar de un regalo de jubilación, pidió una donación destinada a los niños de la República Centroafricana.
Para celebrar la llegada de los nuevos balones, los niños organizaron un partido de fútbol durante el fin de semana.
Los porteros, dos huérfanos de las hermanas, tenían un único par de botas para los dos. Afortunadamente, uno de ellos era diestro y el otro zurdo así que pudieron compartir las botas para parar los goles.
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