El 50 por ciento de la financiación pública para el cambio climático debe ser destinada a la adaptación. Foto por Caritas
Caritas y CIDSE exhortan a los gobiernos para que se comprometan firmemente en poner a los pobres al centro de las políticas sobre el clima, antes de la Conferencia COP20 de la ONU sobre el Cambio Climático, que tendrá lugar del 1-12 de diciembre de 2014 en Lima, Perú.
Representando a 180 organizaciones católicas de asistencia humanitaria y desarrollo, Caritas y CIDSE exigen un cambio definitivo en el modelo global de desarrollo económico, de manera que se incluya en el mismo la producción y el consumo mundial de alimentos. Afirman la necesidad de valorizar el rol de los más pobres y vulnerables, que deben ser protegidos y tener voz en la decisiones sobre el clima.
“Cada uno de nosotros – ciudadanos y también encargados de tomar decisiones en el mundo de la política y los negocios – tiene un papel que desempeñar en la lucha contra el cambio climático, así como en adoptar opciones que reduzcan las emisiones de carbono. Y esto será en beneficio de todas las personas y por la supervivencia de las generaciones futuras. Combatir el cambio climático es una obligación vinculada a los derechos humanos, para asegurar que los pobres, que son los más vulnerables al cambio climático, tengan acceso a la alimentación, la educación y el cuidado de la salud, para que puedan crear una vida estable para sus familias “, dice el Secretario General de CIDSE, Bernd Nilles.
Caritas y CIDSE aseguran que, para reducir drásticamente las emisiones de carbono y mantenernos en el umbral de los 2°C en todo el mundo, es necesario un compromiso a largo plazo, con el fin de detener el avance del cambio climático.
La reducción se debe combinar con ayudas a las comunidades más pobres del mundo, de manera que puedan adaptarse a los desafíos meteorológicos.
Además de responder a las necesidades de adaptación de los países en vías de desarrollo, que son los que deben hacer frente a las peores repercusiones de la inclemencia del clima, requieren fondos para compensar las pérdidas y daños ya sufridos y ayudarles a reorganizar sus vidas.
Dicen que el 50 por ciento de la financiación pública para el cambio climático debe ser destinada a la adaptación. Los países ricos también tienen que ponerse de acuerdo sobre una fase mundial de reforma, con la eliminación de los combustibles fósiles y subsidios, para ayudar a los países en la transición hacia sociedades sin carbón y poner fin a los efectos nocivos de las industrias extractivas y mineras.
“Las comunidades de determinadas zonas del planeta viven sobre el filo de una navaja. Porque no saben si van a tener alimentos suficientes para la próxima temporada y se preocupan porque sus hogares podrían ser destruidos y sus hijos no podrían continuar sus estudios, si las inundaciones o la sequía interrumpen su vida familiar, una vez más. No podemos seguir esperando, mientras las personas más pobres y vulnerables de nuestro planeta sufren la carga más pesada del cambio climático “, dice Michel Roy, Secretario General de Caritas Internationalis.
Hay una serie de convenios e instrumentos normativos ya existentes para combatir la incertidumbre del clima, fomentar el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza y la reducción de riesgos de desastres. Caritas y CIDSE dicen que mejorar la coordinación y coherencia, en cuanto a la elaboración y aplicación de tales instrumentos, ya sería un paso fundamental que mejoraría la respuesta al cambio climático y protegería la vida de las personas más afectadas por el mismo.
CIDSE es una alianza de organizaciones católicas por el desarrollo.
Para más información, por favor, pónganse en contacto con:
Caritas: Michelle Hough en a [email protected] o llame al +39 06 6987 9752 ó +39 334 2344 136.
CIDSE: Markus Drake en [email protected] o llame al +32 (0)2 282 40 73