El cólera y el hambre amenazan a Somalia

“Yo estaba de rodillas, poniendo goteros en los brazos a la gente, que yacía en el omaluelo”, dice Abdi Tari Ali, que trabaja en Somalia para Trócaire, la organización miembro de Caritas en Irlanda: “He tratado el cólera antes, pero no había visto nunca algo así, ni esta afluencia de enfermos y carencia de instalaciones”.

Abdi Tari Ali ha estado en la región de Gedo, en Somalia. Él dirige el programa de Trócaire en Somalia, pero su formación como médico significa que se desinfectaba, para poder ayudar al personal abrumado: “No se trata de horas normales de trabajo. El personal está trabajando en turnos de 24 horas, salvando vidas “.

Los recién llegados, a un campamento de las afueras de Mogadiscio (Somalia), hacen cola por el agua, en un punto de distribución. Estas personas han sido desarraigadas por el hambre en Somalia y esperan a recibir ayuda de ONG asociadas a CRS.

Los recién llegados, a un campamento de las afueras de Mogadiscio (Somalia), hacen cola por el agua, en un punto de distribución. Estas personas han sido desarraigadas por el hambre en Somalia y esperan a recibir ayuda de ONG asociadas a CRS. Foto de Mohamed Sheikh Nor para CRS.

Trócaire lleva ya 25 años trabajando en la región de Gedo, brindando asistencia a la salud, la nutrición y escolarización. Trócaire ayuda a 3 hospitales, 10 dispensarios de salud primaria y 4 centros de salud:”Tenemos dos desafíos: el cólera y la hambruna. Si no llegan las lluvias largas de abril, será una catástrofe”, dice Ali.

Una hambruna de 2011 dejó más de 250 000 muertos. La sequía actual, una de las peores de la memoria reciente, es mucho más severa y prolongada que la de 2011. Las cosechas han quedado destruidas. Muchos pueblos están sin suministros de agua: “Son pastores. Sus animales han muerto. Han sido exterminados “, nos cuenta Ali.

Más de 6 millones de personas no reciben suficiente comida, casi la mitad de la población. Los niños corren el mayor peligro. Hay unos 363 000 niños que sufren malnutrición aguda, necesitan tratamiento urgente y ayuda a la nutrición. Además,  unos 71 000 están gravemente desnutridos, en toda Somalia. Según fuentes oficiales, decenas de niños han muerto por la desnutrición.

“La gente llega a caminar hasta 90 km buscando agua para su ganado o para llegar a Etiopía. Sin embargo, la frontera ha sido cerrada, por lo que han quedado atrapados en los campamentos de desplazados internos, donde las condiciones son muy difíciles. Hemos visto 40 000 casos de niños enfermos: desnutridos, con diarrea o infecciones respiratorias, porque están durmiendo sin refugio adecuado”, relata Ali.

El programa de alimentación infantil ha aumentado, pasando de 9 000  beneficiarios a 12.000. Trócaire ha aumentado su ayuda a 13 aldeas más: “Estamos completamente sobrecargados.  Los niños son los más afectados por la falta de alimentos. Se les puede ver en sus caras hinchadas, cabellos finos, pies y vientres hinchados, que están desnutridos. Si se presiona sobre la piel, queda un hueco. No hay ninguna elasticidad.

No hacemos alimentación en general, para todos, sino que nos concentramos en los más vulnerables, con alimentos cocinados y cestas de comida. Sin embargo, las necesidades son generales. Hacemos pruebas rápidas de malnutrición a los niños, a medida que llegan y los colocamos directamente en el programa de alimentación”.

Además del apoyo a la nutrición, en los centros de atención médica, Trócaire aumentará la alimentación en las escuelas. En 2011, el aumento en el abandono escolar se relacionó a los altos niveles de hambruna, y las intervenciones alimentarias, a nivel escolar, son fundamentales para la seguridad alimentaria y mantener a los niños escolarizados.

Por otra parte, los casos de cólera están aumentando. Las condiciones en los campamentos de desplazados internos son poco higiénicas, hay falta de agua potable y las personas están débiles por el hambre. Un caso puede infectar rápidamente a todo un campamento o aldea. Trócaire ha establecido dos centros de tratamiento del cólera, donde las personas reciben tratamiento de rehidratación y con antibióticos.

“El cólera es fácil de tratar, pero necesitan llegar hasta nosotros. Se está llevando a la gente, en camillas o camellos, con desplazamientos de hasta 20 km. El índice de muertos que se registra por el camino es altísimo. Si el paciente no recibe asistencia en 6 horas, muere, al 100 %. Los niños mueren incluso más rápido”, dice Ali.

Unas 30 camas no son suficientes para los cientos de casos. Los medicamentos se agota tan pronto como llegan. “Los afortunados consiguen una cama, pero muchos se quedan fuera. Estamos en urgente necesidad”, observa Abdi Tari Ali.

Catholic Relief Services, unas de las organizaciones Caritas de EE.UU., también está proporcionando ayuda alimentaria a los desplazados. CRS proporciona dinero en efectivo, transferido a través de teléfonos móviles, lo que permite a las personas de las zonas rurales, afectadas por la sequía, comprar alimentos y agua.

“Hemos podido movilizar rápidamente los recursos disponibles, pero la situación requiere una respuesta sostenida, por ello, apreciamos mucho sus esfuerzos”, dice Lane Bunkers, representante del CRS en  Kenia y Somalia.

Mujeres y niños desarraigados por la sequía en Somalia han construido casas improvisadas en las afueras de Baidoa y recibirán ayuda de ONG asociadas a CRS.

Mujeres y niños desarraigados por la sequía en Somalia han construido casas improvisadas en las afueras de Baidoa y recibirán ayuda de ONG asociadas a CRS. Foto de Mohamed Sheikh Nor para CRS.

La respuesta de emergencia de CRS se centra en las zonas rurales del centro-sur de Somalia y cerca de la frontera con Kenia, para ayudar a mantener a los campesinos -muchos de ellos perdieron su ganado – en sus aldeas, con el fin de que no lo abandonen todo y emigren, a campamentos abarrotados de desplazados.

Entre las actividades, se incluye la instalación de puntos de suministro de agua y la reparación de pozos o ahondar otros poco profundos; capacitar a las comunidades para que mantengan los sistemas locales de agua; mejorar la salud del ganado, mediante el suministro de agua, suministro de alimentos y prevención de  enfermedades; y apoyar de actividades de promoción de la higiene.

“Sabíamos ya en diciembre que nos estábamos enfrentando a una grave crisis, pero la comunidad internacional en lenta en actuar. La hambruna, con una pérdida masiva de vidas, podría ser evitada con transferencias generalizadas de efectivo. Hay comida en los mercados, la gente sólo necesita recursos para comprarla. También debemos abrir las fronteras con Etiopía y detener la repatriación forzada de refugiados de Kenia “, dijo Ali.

La Confederación Caritas buscará ampliar su respuesta a la crisis alimentaria y al brote de cólera, con una  llamada internacional, pidiendo ayuda para CRS y Trócaire, en su respuesta de emergencia.

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