Un techo sobre la cabeza de los sobrevivientes del terremoto de Chile

The Caritas prototype shelter that is to be distributed to 3,000 families in the Maule region, hit hard by the February 28th 8.8 magnitude earthquake and subsequent tsunami in Chile. Credits: Katie Orlinsky/Caritas 2010

The Caritas prototype shelter that is to be distributed to 3,000 families in the Maule region, hit hard by the February 28th 8.8 magnitude earthquake and subsequent tsunami in Chile.
Credits: Katie Orlinsky/Caritas 2010

Por Andreas Lexer, Encargado de Comunicaciones de Caritas en Chile

Iloca era un lindo pueblo a aproximadamente 100 km de la ciudad de Talca, a donde todo mundo iba en el verano.

Las casas azules, rojas y amarillas construidas sobre pilones estaban cerca de la playa, el pueblo se ubicaba frente a la desembocadura del río y una duna de arena mantenía alejado al Pacífico. El sábado 27 de febrero, todo cambió.

Después del terremoto de 8,8 grados que sacudió a Chile, a las 3:34 de la mañana la gente estaba despierta.

“Supimos de inmediato que nos teníamos que ir”, dice Mavet Rivera, quien tenía una pescadería cerca de la playa. Así que agarró a sus tres hijos, se subió al siguiente coche y subió a la montaña. Luego se dejó venir el mar.

Tres olas se llevaron a Iloca. “En la radio estaban diciendo que no habría un Tsunami cuando lo vimos venir”, dijo.

La ola llegó por un lado, arrancó la casa de Mavet de los pilones y devastó toda la playa. Hoy ya no existe el río. Desapareció al igual que las dunas de arena en donde los vacacionistas disfrutaban del sol en el verano. El Pacífico golpeó duro la costa.

Mavet Rivera está de pie al lado de donde quedaba su casa, y ve hacia el océano. A su lado se encuentra la nevera blanca que previamente estaba en su cocina. Mavet la limpió, pero ya no sirve. También encontró un estéreo roto y una vieja fotografía de dos caballos que solía estar colgada en la pared de su sala de estar. “Ésta también la voy a colgar en mi nueva casa”, dice.

Probablemente su nueva casa será construida por la Caritas local. Por ahora se está llevando a cabo una evaluación en toda la región de Maule para determinar quiénes serán los beneficiarios.

“Nos estamos concentrando en las áreas más vulnerables, como la región costera y el campo, porque hasta ahora nadie más ha llegado hasta ahí”, dice Jorge Brito, Director Ejecutivo de Caritas Maule.

Puesto que las carpas no son aptas para este clima, Caritas está trabajando para proporcionar un alberque más permanente.

Un primer prototipo de esta casa de madera ya se ha construido en Talca, la capital de la región. A un costo de US$ 3.500 esta casa, construida sobre pilones para protegerla de la lluvia, cuenta con una sala de estar y dos recámaras. Un techo de metal y buen aislamiento ofrecerán suficiente protección contra las bajas temperaturas durante el invierno.

“También tiene un pequeña porche”, dice Jorge Brito. “Estos pequeños detalles son muy importantes porque hacen que la gente se sienta en casa”.

Casas similares se utilizaron en 1985, cuando el último terremoto sacudió la región. Aún ahora sigue habiendo personas que todavía viven en estas casas, ya que las mismas se pueden ampliar y de ser necesario se le pueden añadir dos recámaras más.

Caritas está tratando de construir miles de casas, dependiendo del resultado de la evaluación. Erigir una lleva entre tres y cuatro horas. Esta labor la llevaran a cabo voluntarios.

“Necesitamos una casa pronto, antes de que entre el invierno”, dice Mavet Rica en Iloca. Sin embargo, esta nueva casa no será construida cerca del mar, en donde estaba la otra, sino será construida tierra adentro, en una colina. Alejada del mar mortífero.

 

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