El cambio climático y el riesgo de ulteriores conflictos en Oriente Medio

Climate change could exacerbate existing problems in the Middle East, and may in turn hold serious implications for regional security. Credits: Katie Orlinsky/Caritas

Climate change could exacerbate existing problems in the Middle East, and may in turn hold serious implications for regional security.
Credits: Katie Orlinsky/Caritas

Los modelos climáticos estiman que cinco países de la zona mediterránea oriental (Asia occidental) – Siria, Líbano, Israel, Jordania y los territorios palestinos ocupados (TPO) – tendrán que hacer frente a un tiempo más caluroso, más seco y menos predecible en las próximas décadas.

Las temperaturas subirán de unos 2,5 a 3, 7o C en la región, durante los meses veraniegos, esas temperaturas más altas cambiarán también la intensidad, frecuencia y lugares de las precipitaciones. Diseñando un nuevo mapa sobre las disponibilidad del agua, dónde sembrar comestibles y dónde poder vivir, el cambio climático agudizará los problemas ya existentes en la región y, con ellos, generará serias implicaciones para la seguridad regional.

La región ya es una de las más secas del mundo. Según el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, Israel y los TPO están por debajo del umbral de la escasez del agua, establecido a escala internacional en 1000 metros cúbicos por persona al año.

Toda la zona oriental del Mediterráneo explota la mayor proporción de su total de recursos renovables (75 por ciento, comparado con el 25 por ciento de la zona sur de Asia, en un distante segundo puesto); la relativa falta de lluvias y los altos índices de utilización de recursos significa que los países de la región dependen cada vez más del agua subterránea y desalinizada.

Esta crisis del agua sucede en el contexto de una demanda en constante aumento. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la población conjunta de la región superará los 70 millones en 2050, partiendo de los 42 millones de 2008 – un incremento de casi el 75 por ciento. Eso significa que ese aumento incrementará la demanda de comida, agua y empleo.

En una región que, a causa del cambio climático es cada vez más calurosa y seca, una mayor competencia por la creciente escasez de recursos hídricos implicaría una serie de amenazas. Haría insostenibles algunos acuerdos de paz vigentes – en los que la asignación de los recursos juega un rol central. Y complicaría ulteriormente las negociaciones de nuevos acuerdos. Eso podría intensificar la inseguridad alimentaria, reforzando los intereses en juego para la devolución o retención de los territorios ocupados que sean idóneos para la agricultura. Dificultando el crecimiento económico, el cambio climático podría agudizar la pobreza y la inestabilidad social. Los cambios en la frecuencia de las precipitaciones, la creciente desertificación y reducida productividad agrícola, podrían dificultar el crecimiento económico y acelerar la emigración hacia los centros urbanos, cuando muchos de ellos ya tiene dificultades para responder a la demanda de agua y servicios públicos.

El legado de conflictividad de la región mina la capacidad de las comunidades y países a adaptarse al cambio climático – años de conflicto y desconfianza significan típicamente que los países no están dispuestos a trabajar juntos, para responder a la partición de los recursos y los retos del medio ambiente. Sin embargo, hay maneras de promover la paz y un desarrollo sostenible, no obstante el desalentador reto que plantea un clima en constante cambio. Con el fin de mitigar los problemas del clima, todos los países de la región pueden promover una cultura de la conservación, para proteger y fomentar una mejor utilización de los recursos disponibles. Se pueden financiar proyectos de adaptación para ayudar a hacer frente a las principales tensiones, con una mejor gestión de recursos hídricos, desarrollo agrícola y prevención de catástrofes. La cooperación regional podría suministrar medios más eficaces para hacer frente a las comunes implicaciones en la seguridad, a causa del cambio climático.

Es prioritario también alcanzar un acuerdo internacional sobre el cambio climático. Si la comunidad internacional no adopta medidas drásticas para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero, el aumento de las temperaturas significa un reducción en la productividad agrícola y recursos hídricos y – potencialmente – aumento de las tensiones en Oriente Medio.

Alec Crawford es coautor de Raising Temperatures, Raising Tensions: Climate change and the risk of violent conflict in the Middle East, un informe preparado para el Instituto Internacional del Desarrollo Sostenible. Como autor externo, sus ideas no representan las de Caritas Internationalis.

 

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