The availability of fresh water in Pakistan was already a serious concern and the worry is that future accessibility will decline dramatically in the coming years.
Credits: Caritas Pakistan
de Mumtaz Bashir Bhatti, Caritas Pakistán
Pakistán contribuye poco al calentamiento mundial – es responsable de una 35ª parte de la media mundial de emisiones de anhídrido carbónico en todo el mundo. Las temperaturas en las regiones costeras del país han aumentado de 0,6 grados centígrados desde los primeros años 1900. En los últimos 40 años, las precipitaciones han disminuido de entre el 10-15 por ciento en el cinturón costero y las áridas llanuras, mientras se ha registrado un incremento en las precipitaciones veraniegas e invernales en el norte.
El clima variable ha generado consecuencias negativas en la producción agrícola y las empresas de exportación de comestibles, tejidos y pescado. Las áreas más bajas de la costa están en peligro por las crecidas y las viviendas de millones de personas corren peligro de quedar inundadas. La explotación excesiva de las tierras de pastoreo y la pesca, así como la deforestación por el combustible, son problemas comunes en las áreas rurales. Todo ello ha contribuido al ulterior agotamiento de los recursos hídricos.
Los expertos del clima, en Tharparkar (Pakistán), están dirigiendo la atención a la grave escasez de agua en todo el país. La disponibilidad de agua fresca potable ya era una preocupación seria antes y ahora reina el temor de que, en los próximos años, las posibilidades de acceso al agua disminuirán todavía más drásticamente.
Nagarparkar está a 400 km. de Hyderabad y 650 km. de Karachi, en el distrito de Tharparkar, en la frontera con India. Para prevenir este creciente problema hídrico, en 2001, Caritas Pakistán Hyderabad (CPH) construyó cuatro presas y 18 estanques. Como resultado, hubo un aumento de más de 1,6 metros en la capa freática del área. Ahora hay 40 pozos que funcionan bien en la zona de los alrededores de Karoonjhar Hill y la ciudad de Nagar Parkar, que consienten a los agricultores plantar verduras y otros cultivos de ciclo corto. Así mismo, ese mismo año, se llevó a cabo en la misma zona una campaña para la promoción de la siembra de árboles frutales. Se plantaron cinco mil mangos, guamos, limoneros y otros árboles fruteros locales, para el suministro de fruta fresca en las comunidades, la generación de ingresos y hacer más verde la región.
En otras áreas del desierto, las familias compraron en el mercado local verduras tratadas con productos químicos fuertes. Según un estudio de Caritas, eso causó varias enfermedades, sobre todo a los niños. Caritas empezó a enseñar en las comunidades técnicas de conservación del agua a través de programas de jardinería. Usando el agua residual de la casa para el huerto familiar, las mujeres pudieron cultivar verduras frescas en ámbito doméstico. La Sra. Helen Heeri, una voluntaria activa de Caritas, afirma que “el nuevo método es estupendo y con los huertos caseros se ahorran unas 1500 rupias al mes (17 USD).”
Para mejorar ulteriormente la salud de las mujeres, Caritas Pakistán-Hyderabad (CPH) introdujo la utilización de cocinas fabricadas con tecnologías eficientes, para reducir el consumo de leña de hasta el 50 por ciento, ahorrar tiempo cocinando y contaminar menos el ambiente. Además, como estas familias dependen mucho de la tracción animal, CPH las ayudó a cuidar del ganado local, vacunando a los animales y ofreciendo seminarios la gestión del ganado.
Lamentablemente, la degradación medioambiental seguirá su curso en Pakistán. Sin embargo, con la ayuda de Caritas Hyderabad-Pakistán, las familias están aprendiendo a adaptarse a la situación actual y empiezan a estar preparadas a las crecientes dificultades que puede depararles el futuro.
Mumtaz Bashir Bhatti es Coordinador de Programas de Sustento de Caritas Pakistán- Hyderabad (CPH)