El refugio es todavía un gran reto

Around 600,000 people left the capital to find shelter and work in rural areas, mainly in their hometowns. But lack of opportunities to rebuild their lives in their hometown require them to return to the overcrowded camps in the capital Credits: Mathilde Magnier/Caritas

Around 600,000 people left the capital to find shelter and work in rural areas, mainly in their hometowns. But lack of opportunities to rebuild their lives in their hometown require them to return to the overcrowded camps in the capital
Credits: Mathilde Magnier/Caritas

El mayor reto sigue siendo ofrecer un refugio a las numerosas personas que perdieron sus hogares en el terremoto. Más de un millón de personas viven todavía en campamentos provisionales, en los alrededores de la capital, Puerto Príncipe. Más de 250.000 viviendas fueron destruidas.

En los últimos seis meses, Caritas ofreció refugio de emergencia o viviendas provisionales a unas 160.000 personas de Puerto Príncipe, en las áreas rurales. Mientras empieza a mejorar la situación en la zona de Léogâne, las cosas siguen siendo complicadas en los alrededores de Puerto Príncipe.

A pesar del incesante trabajo de remoción, sigue habiendo muchos escombros por las calles y eso retrasa de manera considerable las obras de reconstrucción. La alta densidad de población en los campamentos impide la construcción en los mismos de viviendas provisionales. Con frecuencia, la poca claridad de los títulos de propiedad de la tierra empeora la situación.

Hasta la fecha, se han construido sólo pocos centenares de alojamientos semi-provisionales en la capital. Antes de que empiece la temporada de lluvias, en junio, es necesario reasentar a los habitantes de los campamentos poco seguros.

Mientras sigue siendo necesario preocuparse por la gente acampada, facilitando material para la construcción de refugios, como tiendas de campaña y lonas en los primeros meses, las intensas lluvias han inundado la zona haciendo más difícil la distribución de la ayuda.

Unas 600.000 personas ya han abandonado al capital, y han encontrado refugio y trabajo en áreas rurales, principalmente en sus localidad de origen, en la región Gonaïves y Grande Anse, así como en la zona central del país. La llegada de estas personas originó serias presiones en esas regiones pobres, incapaces de proveer a las necesidades de todos.

Muchas de ellas, ante la falta de posibilidades para rehacerse una vida en su pueblo de origen, están regresando a los campamentos superpoblados de la capital. Con el fin de retrasar esa oleada hacia la capital, Caritas ha empezado a construir refugios provisionales en áreas rurales.

Como la mayoría de los habitantes de la pequeña localidad de Haute Lompré, ubicada en las cimas de Léogâne, al oeste de Puerto Príncipe, Bolivar se ha visto seriamente afectada por el terremoto. Su pequeña casa, con su minúscula parcela, en la que solía cultivar tapioca, arvejas y maíz, quedó completamente destruida. Todo lo que quedó fue un montón de escombros y tierra. Sin embargo, su futuro parece ahora un poco menos incierto, desde que el personal de Caritas empezó a construir viviendas semi-provisionales en la zona.

Se han instalado más de un centenar de estas pequeñas casas, fabricadas con madera de pino y techo de hierro, en esta zona. Son las primeras de un proyecto de 160.000 viviendas provisionales que la comunidad internacional quiere construir para centenares de miles de damnificados por el terremoto. Caritas debería construir luego otras 2.000 en los alrededores de Léogâne y Petit Goave.

 

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