Acabar con la detención de menores inmigrantes: más que una búsqueda utópica

Por Michèle Morel, jurista de asilo y migración, Cáritas Bélgica – Sesión ordinaria n. º 26 del Consejo de Derechos Humanos. Ginebra – evento paralelo sobre Acabar con la detención de menores migrantes, 19 de junio de 2014.

Caritas Internationalis está adherida a la Campaña Mundial para Acabar con la Detención de Menores Inmigrantes.

En muchos otros países, demasiados, tanto europeos como no europeos, los menores siguen siendo detenidos por el simple hecho de pedir protección internacional o por estar en el territorio sin autorización. Foto: Worms/Caritas

En muchos otros países, demasiados, tanto europeos como no europeos, los menores siguen siendo detenidos por el simple hecho de pedir protección internacional o por estar en el territorio sin autorización. Foto: Worms/Caritas

Cuando Caritas Internationalis me pidió que representara a la confederación en el Evento Paralelo sobre Acabar con la Detención de Menores Inmigrantes, en el contexto de la sesión ordinaria número 26 del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (Ginebra, 19 de junio de 2104), me sentí entusiasmado de hacerlo. Es siempre una magnífica oportunidad poder conectar la experiencia de campo con el nivel de política e incidencia. Como consejero legal para Cáritas Bélgica, visito los centros de detención de inmigrantes de Bélgica y ofrezco asistencia jurídico-procesal y psicológica a los detenidos. Afortunadamente, nunca he tenido que ver a menores detenidos puesto que Bélgica decidió poner fin a la detención de menores en 2009. En muchos otros países, demasiados, tanto europeos como no europeos, los menores siguen siendo detenidos por el simple hecho de pedir protección internacional o por estar en el territorio sin autorización. Por tanto, los eventos de alto nivel sobre incidencia política, como este, cuyo objetivo es aumentar la sensibilización sobre los efectos traumáticos de la detención de menores inmigrantes y promover el uso de alternativas a la detención (AD), son de crucial importancia si algún día realmente queremos presenciar un cese mundial de la detención de menores en todo el mundo.

El evento paralelo fue organizado conjuntamente por la Coalición Internacional de Detención (IDC), Terres des Hommes, la Plataforma para la Cooperación Internacional sobre Inmigrantes Indocumentados (PICUM), la campaña Destination Unknown (Destino Incierto) y la Campaña Mundial para acabar con la Detención de Menores Inmigrantes. Fue patrocinado por las Misiones Permanentes de Italia y México y presidido por Ignacio Packer, de Terres des Hommes.

El primer ponente, el Sr. Farah Abdullahi Abdi, dio un testimonio auténtico de su experiencia personal como niño detenido. Procedente de Somalia, Farah dejó su tierra para ir a Kenia cuando tenía tres años. Dejó Kenia a los 16, pasó por muchos países, entre ellos Libia, donde lo metieron en prisión, y cruzó el mar para llegar a Europa. “Malta lo escogió”. Pasó seis días detenido en Malta, una experiencia a la que califica de horrible. Después de que le fuera garantizada protección internacional, Farah decidió hablar públicamente contra la perniciosa práctica de la detención de menores. Tiene un blog, regularmente escribe y habla sobre la experiencia por la que pasó y aboga por un mundo libre de detención de menores. “Los migrantes no son una carga sino un recurso humano, una inversión”. En lugar de verlos como víctimas, deberíamos verlos como supervivientes, “capaces de aportar una valiosa contribución a la sociedad”. La audiencia fue testigo de cómo un hombre joven, lleno de energía, con una cálida sonrisa, con sentido del humor, estaba decidido a contar su historia al mundo y contribuir al cambio.

El embajador de México, el Sr. Raúl Heredia, reconoció los graves efectos mentales y físicos de la detención de menores. Habló sobre el modelo de protección desarrollado por México para los migrantes menores, por medio del cual los Oficiales de Protección tienen la tarea de garantizar los derechos fundamentales de los niños. El Informador Especial sobre los Derechos Humanos de los Migrantes, el Sr. François Crépeau, destacó la atención, en rápido crecimiento, hacia el tema de la detención de menores inmigrantes, tanto en relación a los impactos en la salud física y mental de los niños como en lo concerniente a la necesidad de buscar alternativas a la detención. Aunque el tema fue cubierto por algunos “sospechosos habituales” (ONGs) hace cinco años, hoy está en la agenda de una gran variedad de ONGs nacionales e internacionales, cuerpos de las Naciones Unidas y otras instituciones. Además, en su propio trabajo, la detención de menores inmigrantes está en primera línea. Durante visitas de campo llevadas a cabo por él mismo, el Sr. Crépeau ha presenciado situaciones inaceptables. En Grecia, por ejemplo, miembros de una misma familia fueron separados, permitiéndoles reunirse durante una hora al día. En Sri Lanka, a una niña detenida le fue privado el derecho de ir a la escuela durante más de dos años. A menudo, él observó la falta de condiciones sanitarias apropiadas, actividades infantiles y alimentación adecuada. Puesto que la detención de menores nunca puede ser para beneficio del menor (cf. Artículo 3 de la Convención sobre Derechos del Niño), es difícil comprender cómo esta no puede constituir una violación de los derechos humanos. Por tanto, para los niños siempre se debería hacer uso de alternativas a la detención, y si existiera voluntad política, esto sería fácil de aplicar en la práctica. El Informador Especial urgió a los estados a poner límites al poder estatal para decidir libremente en cuanto a su derecho soberano para gestionar la migración – lo cual, especificó, es diferente de abogar por fronteras abiertas. En un periodo de cinco años, no debería detenerse más a ningún niño en ningún lugar.

Tras estas presentaciones, era hora de que la audiencia participara en la discusión. Escuchamos a organizaciones de la sociedad civil mencionar la problemática falta de números mundiales sobre la detención de menores y subrayar la urgente necesidad de tratar con aquellos niños que están detenidos hoy y mañana, aparte de trabajar en un acuerdo político cuyo objeto sea acabar con la detención de menores en el futuro (PICUM). Incluso en los casos en los que las condiciones de los detenidos sean decentes y no exista abuso físico o mental de los niños, la detención de menores sigue siendo una violación de los derechos humanos y por tanto algo inaceptable en cualquier tipo de circunstancias (IDC; Human Rights Watch). Se discutieron ejemplos de buenas prácticas llevadas a cabo por diferentes estados del mundo, los cuales están explorando e implementando alternativas a la detención que tengan en cuenta la situación del niño, así como los beneficios para el desarrollo que tendría implementar estas alternativas (ahorro de costes, tramitación de migrantes más eficiente, y altos índices de cumplimiento). La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) denunció la noción de “migrante ilegal” y recomendó el uso del término “migrante irregular”. El representante de la misión de Libia en las Naciones Unidas expresó la necesidad de asistencia de Libia, como país de tránsito, para respetar los derechos del niño, y solicitó, por tanto, cooperación y diálogo.

¿Cuál ha sido pues el resultado del evento paralelo? Claramente ha aumentado la atención mundial hacia este asunto, tanto entre organizaciones de la sociedad civil como en representantes de estado. Además, las solicitudes de cooperación y diálogo realizadas por los representantes de estado han sido oídas y acogidas por las organizaciones de la sociedad civil, las cuales han expresado su disposición e intención de trabajar en mecanismos de apoyo para los países (en tránsito) que se enfrentan a altos números de migrantes. Junto con el foco puesto en las buenas prácticas, el evento ha creado un ambiente positivo y constructivo.

Acabar con la detención de menores inmigrantes debería ser más que una búsqueda utópica. Mediante la cooperación interinstitucional y el diálogo eficaz entre todas las partes, poner fin a esta perniciosa práctica es una meta alcanzable para 2020. Es muy importante que los migrantes sean involucrados en los procesos de elaboración de las políticas que les afectan. Como justamente mencionó el Informador Especial, el nivel político más alto a menudo carece de una clara comprensión de las realidades sobre el terreno. Para poder conectar estas realidades de campo con el nivel político, los mismos migrantes deberían tener la oportunidad de “nutrir” dicho nivel con sus experiencias personales. A este respecto, la intervención y el testimonio de Farah en este evento de alto nivel de Naciones Unidas fueron verdaderamente valiosos e indican que vamos por el buen camino.

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