Saludar a los amigos, sin abrazarlos, esperar a que los parientes salgan de la cuarentena, llamar a una ambulancia que no llega – así es la vida en Sierra Leona, mientras el ébola devasta este país de África occidental. Desplácese hacia abajo para ver una galería de escenas de la zona del ébola.
Cuando la enfermedad surgió por primera vez, las familias tenían miedo de llevar a sus seres queridos al hospital. Las administraciones locales están trabajando para cambiar esta percepción. Como los líderes religiosos son miembros respetados, en sus comunidades, Caritas está trabajando con los sacerdotes, imanes y curanderos tradicionales, para asegurarse de que ellos conozcan cómo se contagia el virus y qué tipo de comportamiento puede pararlo.
Lavarse las manos es la primera línea de defensa. Incluso pequeñas cantidades de lejía en el agua (0,05%) son muy eficaces con el virus, según el Dr. Timothy Flanigan, voluntario de Caritas.
Durante meses, la gente dudaba de la existencia del virus del ébola, atribuyendo los síntomas a brujería o incluso a conspiraciones del Gobierno. Caritas se pone en contacto con los líderes de las comunidades, los voluntarios de las parroquias, los maestros y otras personas, para enseñarles cómo se está propagando realmente el virus, de manera que luego puedan explicárselo a los demás. Aquí, Idriss Gibson Mansaray en una sesión de formación de voluntarios sanitarios de Caritas.
En Sierra Leona, la gente paga por desplazarse en moto de un lugar a otro. Como los viajeros podrían, sin saberlo, propagar el virus de una distancia a otra, Caritas capacita a los taxistas en moto a reconocer los indicios del ébola y les da folletos para que los repartan.
La fiebre es un síntoma fundamental del ébola y hay termómetros ‘sin contacto’, que tienen forma de pistola, y pueden tomar la temperatura de la gente de manera segura. Aquí se ve a una cooperante sanitaria que toma la fiebre a una mujer, en un puesto de control, en la aldea de Newton.
Sin embargo, enfermedades comunes, como el paludismo y el tifus, pueden tener síntomas semejantes. Los países mayormente azotados por el ébola carecen de sistemas sanitarios sólidos y pasan días para conseguir obtener los resultados de un análisis de sangre.
Los cadáveres desprenden el virus del ébola y, por eso, es extremadamente contagioso tocar a los muertos. En Sierra Leona, los equipos de sepultureros del Gobierno están abrumados y no pueden responder rápidamente, cuando la gente llama pidiendo una ambulancia.
Catholic Relief Services, unos de los miembro de Caritas de EE.UU., ha facilitado fondos para rehabilitar este cementerio, de manera que los entierros puedan ser más seguros. Caritas Freetown está trabajando también con los líderes religiosos para encontrar formas de honrar a los muertos, sin contacto, y ofrecer así conforto a las familias.
La crisis del ébola ha sido un golpe muy duro para le economía de Sierra Leona, con cuarentenas y bloqueos en las carreteras, que alejan a compradores y vendedores. Saudatu Kamara, que vende fruta, dice que la gente tiene mucho miedo de visitar el mercado, de la aldea de Waterloo, azotada por el ébola.
Los programas normales de Caritas en Sierra Leona, como el de almuerzos gratuitos para los niños, son ahora más necesarios que nunca, porque el país se tambalea, a causa de la crisis sanitaria y económica. Esta niña sana recibe alimentos y otra ayuda durante un evento semanal de Caritas. Mientras, el personal de Caritas busca ubicación a largo plazo para niños cuyos padres han muerto de ébola.
Creditos: La foto de los sepultureros es de Michael Stulman/CRS. Todas las demás fotos son de Tommy Trenchard para Caritas.