Finaliza un año brutal en la zona del ébola

Carias les dieron formación a cientos de personas sobre formas adecuadas de lavarse las manos (incluyendo el uso de una solución de lejía) que les podían trasladar a sus comunidades. Copyright: Tommy Trenchard/Caritas

Caritas les dieron formación a cientos de personas sobre formas adecuadas de lavarse las manos (incluyendo el uso de una solución de lejía) que les podían trasladar a sus comunidades. Copyright: Tommy Trenchard/Caritas

Cuando el peor brote de ébola en la historia golpeó a África Occidental, Caritas se puso en marcha. Desde la primavera de 2014, los equipos de Caritas se desplegaron por Guinea, viajaron en motocicletas por carreteras escabrosas para llegar a aldeas y hablar con la gente en áreas rurales sobre cómo evitar la expansión de la enfermedad.

Caritas Guinea distribuyó jabón, lejía, cubos y otros artículos de higiene entre más de 100.000 personas; asimismo, trabajó con una empresa de telecomunicaciones para enviar mensajes de texto SMS sobre el ébola a más de un millón de personas.

Hacia finales de 2014, el número de nuevas infecciones de ébola está bajando en algunas partes de Guinea, aunque
el virus sigue presentando una amenaza en otras áreas y ha cobrado muchas vidas .

Lamentablemente, el virus se ha extendido a Liberia y Sierra Leona, causando estragos en aldeas y ciudades. Para el verano de 2014, Caritas estaba llevando a cabo labor de prevención en dichos países, formando a líderes religiosos, comunidades parroquiales y profesionales de la salud en clínicas católicas. Puesto que lavarse las manos es la primera línea de defensa, los equipos de Caritas les dieron formación a cientos de personas sobre formas adecuadas de lavarse las manos (incluyendo el uso de una solución de lejía) que les podían trasladar a sus comunidades.

En base a años de experiencia en la concienciación sobre el VIH, Caritas utilizó estaciones de radio y otros medios para decirle a la gente cómo evitar la expansión del ébola. Miembros de Caritas, como Catholic Relief Services (EE.UU.) y Cordaid (Caritas Países Bajos ) compararon guantes, mascarillas y otros equipos de protección para mantener seguro al personal de salud.

Conforme empeoró la crisis y más familias quedaron aisladas en sus hogares, Caritas empezó a trabajar con el Programa Mundial de Alimentos para llevarles víveres a las familias en cuarentena. Cuando el gobierno de Sierra Leona se vio agobiado con llamadas a las líneas de emergencia y no podía enterrar a los muertos con suficiente rapidez, miembros de Caritas y congregaciones religiosas ayudaron a los equipos de enterradores. En Liberia, Catholic Relief Services ayudó a reabrir el único hospital católico, el cual fue cerrado después de que muchos de sus empleados murieron de ébola, y proporcionó medicamentos para un año a las dieciséis clínicas católicas del país.

En Liberia y Sierra Leona, las escuelas han estado cerradas durante meses . Preocupada de que los niños estuvieran sin nada qué hacer en casa, sin recibir educación, Caritas distribuyó radios entre los estudiantes para que pudieran escuchar lecciones. En Sierra Leona, Caritas también encontró alojamiento temporal para huérfanos del ébola cuyos parientes, al principio, se negaban a hacerse cargo de ellos.

Con formación y apoyo de Caritas, sacerdotes y otros religiosos están brindando atención pastoral para las familias apesadumbradas, cuyos seres queridos pudieron haber sido enterrados sin más ni más. Al ofrecer respeto y cuidado, los equipos de Caritas esperan reducir al mínimo el comportamiento de riesgo en relación con los funerales. Los cadáveres de las víctimas del ébola son sumamente contagiosos y los ritos tradicionales pueden propagar el virus rápidamente. No obstante, hay quienes sobornan a los equipos contra el ébola para que cambien los resultados de un familiar fallecido para evitar la vergüenza de tener que enterrar a sus seres queridos al “estilo del ébola”.

Sigue habiendo otros desafíos. A pesar de la labor generalizada de concienciación que han llevado Caritas, los gobierno, las diócesis y parroquias católicas, las órdenes religiosas y otros grupos, algunos siguen creyendo que el virus se transmite a través de mosquitos o brujería, o que los curanderos tradicionales pueden tratar el ébola, o que la enfermedad se puede prevenir bañándose con agua caliente y sal. A sabiendas, personas en hogares en cuarentena se escapan y se mezclan con el público general. La gente esconde cadáveres y se niega a permitir que los equipos de enterramiento se los lleven. En países en donde las guerras prolongadas han hecho que la gente desconfíe de los gobiernos, las teorías de la conspiración siguen siendo un problema.

Aunque las personas que ya se han recuperado con pueden transmitir el virus por contacto casual, el estigma sigue siendo otro problema grave. Un estudio realizado por un miembro de Caritas reveló que el 76 por ciento de los encuestados no recibirían bien a un vecino que se hubiera recuperado y que volviera a la comunidad. Treinta y dos por ciento creía que un estudiante que se hubiera recuperado por completo pondría en riesgo de ébola al resto de estudiantes. En Sierra Leona y otros lugares, Caritas está trabajando para combatir el estigma y ayudar a los supervivientes a volver a la vida normal.

Al iniciar el año 2015, Caritas seguirá adelante con su labor de prevención y formación, pero también responderá a necesidades a largo plazo. En Sierra Leona, Caritas proporcionará alimentos para hogares de supervivientes de ébola o familias en cuarentena. Enfocándose principalmente en viudas, huérfanos y ancianos, Caritas también ofrecerá servicios de orientación psicológica y psicosocial para más de 24.000 personas que o han sobrevivido al ébola o han perdido a un ser querido.

El ébola ha afectado seriamente a las comunidades locales, impidiendo que los agricultores puedan cosechar, afectando a pequeñas empresas y evitando que los proveedores puedan vender sus productos. El próximo año,

Caritas les brindará apoyo en medios de sustento a familias vulnerables para que puedan ganarse la vida. Y los equipos diocesanos de Caritas reunirán a huérfanos y niños separados con su familia ampliada.

2014 fue una año brutal para estos tres países, los más afectados en África Occidental. Miles han muerto, miles de niños han quedado huérfanos, miles de vidas fueron cambiadas para siempre. El ébola sigue causando estragos en algunas comunidades y los que han sobrevivido la crisis están más empobrecidos que nunca. Los programas de Caritas continuarán hasta que se haya exterminado la epidemia de ébola – y más allá.

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