Guerra en Siria: un día normal

Docenas de morteros siguen cayendo diariamente en las aldeas, pueblos y ciudades de Siria, causando muertes y daños cada día. Prosiguen con violencia los combates entre el gobierno, las fuerzas de la oposición y los militantes del denominado “estado islámico” que controlan grandes franjas de territorio.

Unas 190.000 personas han sido asesinadas en un conflicto que va camino de su cuarto año. Un cuarto de millón de personas vive bajo el asedio.

Los hospitales están cerrados. La asistencia escolar ha bajado en más del 50 por ciento. Durante una lucha, se puede cortar el suministro de electricidad y agua durante días.

Más de 12 millones de personas dentro del país necesitan auxilio urgentemente, de ellas 5,5 millones son niños.

La economía se ha contraído un 40 por ciento desde 2011, con un nivel de desempleo que supera ahora el 54 por ciento. Tres cuartos de la población vive en la pobreza.

Cáritas es una de las pocas organizaciones de ayuda humanitaria que puede operar de forma independiente. A pesar de que sus propias oficinas y personal sufren habituales bombardeos, Cáritas Siria sigue proporcionado ayuda a decenas de miles de personas todos los meses.

Más de 35.000 personas han sido ayudadas por Cáritas desde que se inició el conflicto, recibiendo alimentos, asistencia médica, apoyo a niños en edad escolar, mantas, ropa y asesoramiento.

La situación sigue siendo crítica.

Cáritas tiene dificultades para proporcionar kits de alimentos a aquellos que los necesitan debido a la alta demanda. En cuanto a refugio, son muy pocas las casas que se pueden alquilar en las zonas seguras, debido también a la alta demanda.

Las enfermedades derivadas del estrés han aumentado. Las heridas causadas por proyectiles o por metrallas requieren una enorme y costosa intervención médica. La demanda en los centros médicos es alta.

“Durante esta guerra nuestras vidas se han vuelto verdaderamente espantosas y debido a los costosos procedimientos médicos, las necesidades de las personas, especialmente en temas médicos, han aumentado notablemente”, explica un informante de Cáritas.

CaritasSyria

Los centros de Cáritas son todos muy activos pero a menudo se sienten superados por las necesidades. Los equipos están frustrados porque no están pudiendo responder a todo.

Algunos ejemplos de programas pequeños pero con éxito se pueden encontrar en Hasaka, donde Cáritas ha distribuido leche en polvo para niños menores de 10 años. Como los generadores dejaron de funcionar, hubo un aumento de enfermedades respiratorias. La leche para los niños se usa como medicación preventiva, más eficaz que un tratamiento, explica el equipo de Cáritas de allí.

Y Cáritas Homs ha hecho regalos de papelería a 100 niños pobres de Al Kariaten. El pueblo está experimentando unas condiciones de vida muy malas, sin agua, sin electricidad y con malas condiciones de seguridad. Los regalos han devuelto a los niños algunas experiencias normales de la infancia.

El papa Francisco reclama el “urgente” fin de la guerra civil de Siria y de la crisis de refugiados que esta ha creado.

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