Caridad y dignidad mediante un monedero electrónico

La pobreza y la desigualdad que afectan a México no dejan fuera al resort turístico de Los Cabos, Baja California Sur. Escondidos tras el esplendor de sus magníficos paisajes y hoteles de lujo, estos dos males sociales pueden pasar desapercibidos para los visitantes e incluso para muchos de sus residentes.

El huracán Odile, que asoló la zona en septiembre de 2014, puso al descubierto que este paraíso turístico también vive de la explotación de personas. La pobreza estaba allí, pero se encontraba entre tanta belleza natural, lujo y artefactos, que no podíamos verla.

Familia beneficiaria de monederos electrónicos con 600 pesos al mes.

Familia beneficiaria de monederos electrónicos con 600 pesos al mes. Foto de Cáritas México

El huracán dejó a la intemperie a miles de familias. Perdieron sus techos y paredes hechos de madera y cartón y salieron en busca de ayuda. Aquí fue cuando llegamos a conocer la otra cara de Los Cabos, la cara de la pobreza extrema, y cuando Cáritas tendió la mano para ayudar.

“Odile hizo que la atención se volviera a centrar aquí”, dice el Padre Fernando Espinosa Carrera, sacerdote de la Parroquia de la Divina Providencia, del deanato de San José, y una de las primeras personas en prestar y promover la asistencia a mucha de esta gente golpeada por el doble impacto de la pobreza y el desastre natural.

Con emergencias de este tipo, durante los primeros días hay mucha asistencia debido a la solidaridad hacia la situación de apuro de las víctimas, pero a medida que pasa el tiempo esta generosidad tiende a disiparse. El caso de Los Cabos no fue distinto. La ayuda llegaba desde el inicio del desastre, a pesar de las enormes dificultades geográficas, al mismo tiempo que comenzaba el trabajo de reconstrucción, lo cual dio un empleo temporal a los cabezas de familia de los hogares más afectados. Pero estas actividades están a punto de finalizar y ahora el empleo está empezando a escasear.

Previendo estos problemas y en un intento de conseguir una ayuda extra, el pasado mes de noviembre, mediante Cáritas México, Catholic Relief Services (CRS – Cáritas Estados Unidos), Cáritas Baja California Sur y la Comisión Episcopal para el Ministerio Social (CEPS) firmaron un acuerdo de colaboración para tratar algunas de las necesidades provenientes de varias comunidades del deanato de San José y San Lucas, en Los Cabos, y reparar algunas de las casas que estaban más dañadas.

Mediante este acuerdo, CRS es responsable de administrar los fondos de más de 2,2 millones de pesos donados por la Fundación Conrad N. Hilton, mientras que las Cáritas locales y nacionales son responsables de llevar a cabo el trabajo.

Además, esta ayuda incluye una novedad. Se han enviado monederos electrónicos con 600 pesos al mes a cada una de las 725 familias afectadas, de manera que ellas mismas puedan decidir qué necesitan más y comprar directamente los productos en el supermercado, con la única restricción de que el monedero no puede utilizarse para comprar tabaco ni bebidas alcohólicas. Esta asistencia será ofrecida durante tres meses. También incluye la construcción de 18 módulos de vivienda, así que un número igual de familias ya no dormirá más fuera a la intemperie.

“La Cáritas diocesana y Cáritas México nos hablaron sobre el interés de CRS por ayudar en estas situaciones y sobre cómo proporcionaba sinergia y coordinación para poder hacer que esta ayuda fuera recibida”, explicaba el Padre David Ojeda Gutiérrez, un representante de Cáritas Baja California Sur.

Aunque el apoyo proporcionado por la iniciativa es limitado debido a la magnitud del problema, ha aliviado algunas de las necesidades urgentes de la población, y el monedero electrónico les ha dado la oportunidad de ocuparse de las que realmente son sus necesidades más acuciantes, dependiendo de sus propias circunstancias actuales.

El Padre Espinosa nos contó que ahora que hay menos trabajo estas familias necesitan asistencia.
El monedero electrónico ha sido de una gran ayuda, dándoles a las familias 600 pesos que pueden gastar como ellos deseen.

“Posibilitan el reconocimiento de la individualidad de las personas. Esta no es otra cosa que la capacidad de desenvolverse y decidir por sí mismas. Algo alentador respecto a esta iniciativa es el hecho de que los beneficiarios pueden decidir qué comprar, incitándoles así a reconocer su propia individualidad”.

“Pero esto también les permite ocuparse de las necesidades que nosotros habríamos pasado por alto. Quizás durante el huracán perdieron algún artículo del equipamiento eléctrico, una plancha, una batidora, prendas de vestir o medicamentos. O una necesidad especial, como los pañales para bebés o adultos”.

Una familia utiliza 600 pesos del monedero electrónico para comprar comida.

Una familia utiliza 600 pesos del monedero electrónico para comprar comida. Fotografía de Cáritas México

“Por ejemplo, una familia puede desear aumentar la cantidad necesaria para comprar un colchón. Así pues, hay algunas necesidades muy especiales que nosotros no identificamos pero que, mediante el monedero electrónico, pueden satisfacerse”, explicaba el Padre Espinosa.

María Norma Ramos Escalante, quien vino de Mochis, Sinaloa, a Los Cabos en busca de nuevas oportunidades, perdió el tejado de su pequeña casa, mesas, sillas, utensilios de cocina e incluso algunas paredes.

“Me sentí muy triste e incluso comencé a llorar pero mientras que todos nosotros estemos juntos y avancemos juntos, volveremos a levantarnos”, decía.

Ella recibe 600 pesos del monedero electrónico, los cuales utiliza para aprovisionarse de alimentos para su familia, y es también una de las 18 personas beneficiarias de un módulo de vivienda que la ayudará a encauzar su vida de nuevo.

“Ellos vinieron a buscarme. Yo no estaba en casa. Me dijeron que el sacerdote había llamado y que yo tenía derecho al programa de Cáritas”.

Las especiales circunstancias de la península llevaron a considerar la posibilidad de la entrega del monedero electrónico. Llevar provisiones desde la zona no peninsular es complicado y costoso. Tienes que utilizar el ferry desde Mazatlán o Guaymas, o rodear la península. Lo mejor fue ser capaz de utilizar la logística de las cadenas de suministro comerciales. En este caso fue Chedraui, el cual ofreció un descuento del 3,5% para todos los usuarios de la tarjeta.

“Esto le da a la gente necesitada la oportunidad y la libertad de elegir qué es lo mejor para ellos. Es muy práctico, y más efectivo”, observaba el Padre Ojeda, de Cáritas Baja California Sur.

“El huracán ha afectado a toda la economía, y toda clase de personas han sufrido el daño. El monedero electrónico es necesario para ‘aligerar la carga’ mientras la economía local recupera su ritmo”, añadía.

Indudablemente es solo una pequeña ayuda para las miles de familias de emigrantes que vienen de todo el país esperando realizar un sueño de prosperidad y seguridad, y ya se enfrentan al desafío de vivir con el ardiente calor del desierto durante el día y el implacable frío durante la noche, así como a la manera de esquivar a los bellos pero peligrosos animales: serpientes, arañas, escorpiones e insectos
Los Cabos no es el paraíso que dicen, ni lo es para todo el mundo. Odile vino a recordárnoslo antes de que el problema se revelara por sí mismo, como ha ocurrido en muchos otros grandes resorts turísticos en México.

“Los salarios no son ni muy justos ni altos. Los hoteles son de gama alta pero esto no implica que la gente tenga salarios justos y generosos. Yo dirías más bien que los salarios bajos son bajos, justos para sobrevivir”.

“Esto hizo difícil que la gente pudiera subsistir por su cuenta. La situación requería ayuda y solidaridad, y es algo estupendo que la ayuda humanitaria llegara. Alabamos a Dios y damos gracias por la llegada de esta ayuda”, afirmaba el Padre Espinosa.

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