Un futuro sombrío para los refugiados iraquíes en Jordania

Jordania acoge 1,4 millones de sirios, 500 000 iraquíes y 500 000 palestinos, además de 35 000 yemeníes. Cáritas Jordania proporciona comida, refugio, atención sanitaria, asesoramiento, educación y otras ayudas. Las cifras de damnificados son abrumadoras, pero cada uno de los refugiados a los que se ha ayudado supone una victoria.

La lucha por la vida

Jassam llevaba una buena vida en la ciudad iraquí de Mosul. Había seguido con la empresa familiar de importación tras estudiar Económicas y Contabilidad en la universidad. A menudo viajaba a China, Turquía y Dubái. Tenía éxito. Estaba casado y tenía hijos.

En junio de 2014, los extremistas del denominado “Estado Islámico” o Daesh tomaron el control de Mosul. Cometieron atrocidades y obligaron a miles de cristianos y otras minorías religiosas a huir o a convertirse al islam. Jassam, cristiano, envió a su familia a Kurdistán por motivos de seguridad, en cambio él volvió a Mosul para controlar su casa y su negocio. El 9 de julio llamaron a su puerta. Le dijeron que habían pintado una ‘N’ en ella. Significaba Nazareno – un cristiano. Esto quería decir que la casa ahora pertenecía a Daesh.

Jassam huyó, dejándolo todo atrás en Mosul. Primero fue a Erbil, en el Kurdistán iraquí, y luego a Jordania. Para agosto de 2014 vivía en la Iglesia de San Charbel, respaldada por Cáritas Jordania. Su familia creció, pues su esposa tuvo otro bebé. Su sueño era reunirse con su padre, que ahora vive en EE.UU. Se negó a renunciar a la esperanza.

Rasha y su hija Tania en su habitación en uno de los albergues iraquíes de Cáritas Jordania. Iglesia Maronita San Charbel.

Rasha y su hija Tania en su habitación en uno de los albergues iraquíes de Cáritas Jordania. Iglesia Maronita San Charbel. Fotografía de Cáritas Jordania, 2015.

Hace poco, su hija de 4 años Tania cayó enferma con una fiebre bastante alta. La familia pensó que sólo se trataría de una enfermedad infantil pero resultó ser leucemia linfoblástica. La familia quedó destrozada. La pequeña, que fue una vez una niña activa y una gran conversadora, ya no habla y está muy floja. Los otros niños se han ido a vivir con un familiar para que los padres puedan cuidar de su hija enferma.

Tania necesita tratamiento urgente para frenar la expansión de la enfermedad por su columna vertebral. Jassam ahora solo piensa en la recuperación de su hija. Está haciendo todo lo que puede para buscar la ayuda necesaria y enviarla a EE.UU para que reciba el tratamiento. El coste de este podría alcanzar los 37 000 euros, o incluso más, y hasta entonces la vida de Tania se encuentra en una situación de peligro inminente si no se asegura tan pronto como sea posible su tratamiento médico.

Para ayudar a Tania directamente, por favor contacte con Cáritas Jordania.

Éramos la familia más feliz del mundo

Payman es una mujer viuda de 40 años que huyó a Jordania en octubre, después de que el Estado Islámico tomara Mosul, en Irak. Tiene cuatro hijos: Ayoob, de trece años, Sarah, de diez, y los gemelos Afram y Aram, de siete años.

“Éramos la familia más feliz del mundo hasta que mi pueblo fue tomado por ISIS y mi marido falleció en un incidente”, explica.

Un campamento para refugiados iraquíes en Madaba, Jordania, respaldado por Cáritas.

Un campamento para refugiados iraquíes en Madaba, Jordania, respaldado por Cáritas. Elodie Perriot/ Secours Catholique.

La pérdida, seguida de ese desarraigo de su tierra y del hecho de verse forzada a partir sin nada, le causó a Payman un doble trauma. Comenzó a sentirse desamparada, a perder el interés por las actividades del día a día y a deprimirse.

“Me da miedo estar en casa después de medianoche porque el edificio comercial está vacío”, decía. Vivía en una zona comercial de Hashimi, Amán, en una pequeña habitación dentro de un centro comercial que no era segura para los niños.

Le fue diagnosticada depresión pero se benefició de los servicios de la unidad de asesoramiento de Cáritas. El equipo de visita sobre el terreno subrayó la urgente necesidad de Payman de encontrarse en un hogar seguro que la ayudara a construir una sensación de seguridad y le proporcionara un entorno apropiado para sus hijos.

Recibió asistencia en forma de productos alimentarios básicos con un modesto suplemento de dinero en efectivo, lo que hizo posible su traslado a una mejor vivienda de alquiler de prepago. Todo esto la ayudó a reducir el estrés y la ansiedad, proporcionándole un ambiente estable para obtener más ayuda.

Ahora está esperando para viajar a otro país, pero en mejores condiciones, pues ha asegurado sus necesidades básicas para poder mantener una vida normal.

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