Una beneficiaria en el Centro de Salud de Caritas Jerusalén Foto: Katie Orlinsky/Caritas
Caritas Jerusalén está cada día más preocupada por la escalada de violencia entre colonos israelís y palestinos en Cisjordania. En las últimas semanas se han reportado incidentes en más de 50 lugares, desde arrojar piedras, incendios premeditados, hasta el uso de armas de fuego y enfrentamientos en puntos de contacto en Nablus, Ramallah, Belén, Jaffa y Nazaret.
El Arzobispo Fouad Twal, Patriarca Latino de Jerusalén, ha condenado la reciente ola de violencia, que dice sólo puede llevar a más derramamiento de sangre.
“No podemos tolerar que el odio y el derramamiento de sangre actúen como fuerza de ley en esta tierra con tres santas religiones” dijo en declaraciones en las que pide que se le ponga fin al ciclo de violencia.
“La seriedad de la situación exige que todas las partes involucradas, israelís y palestinos, muestren pruebas de valor y vuelvan a la mesa de negociaciones, que debería operar en un terreno sólido y justo, de acuerdo con los parámetros de resolución prescritos por la ONU”, dijo el Patriarca.
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Cada año, los programas de servicio social de Caritas Jerusalén benefician a más de 30.000 personas en los territorios palestinos ocupados. Caritas Jerusalén ha estado tratando de seguir adelante con su trabajo. El personal de Caritas dice que se ha vuelto cada vez más difícil desplazarse del este de Jerusalén a Cisjordania y la franja de Gaza está cerrada hasta para quienes tienen permisos.
El P. Raed Abusahlia, Director General de Caritas Jerusalén, dijo que ni los israelís ni los palestinos quieren que la situación empeore, pero son rehenes de las tensiones provocadas por los enfrentamientos diarios, la expansión de las colonias, la confiscación de tierras y un fin al proceso de paz y el fracaso si ambos estados no implementan las soluciones.
“Nos preocupa que esta situación se deteriore y lleve a una tercera intifada”, dijo el P. Raed Abusahlia. “Significaría más muertos y heridos en ambos lados. Significaría más bloqueos, puestos de control y restricción de movimiento. Significaría más desempleo y apuros económicos”.