Por Ivo Poletto, Caritas Brasil
Brasil es uno de los países que se verá más afectado por el cambio climático, de acuerdo con el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) y científicos locales. El Amazonas, en particular, experimentará un mayor calentamiento del planeta que pondrá en peligro las selvas.
Estos cambios empeorarán la crisis del agua en el suroeste, en donde vive la mayoría de la población. Además, esto provocará un cambio en la producción que se sentirá en todas las regiones.
La respuesta del gobierno ha sido muy débil, tanto en términos de necesidades como en relación con el ámbito más amplio de lo que se puede hacer. Tenemos legislación y proyectos, pero ninguno ha sido priorizado con eficacia y se han asignado pocos recursos para asegurar su implementación. Los más conocidos son los relativos a reducir la deforestación en el Amazonas, pero es menos de lo que podemos y debemos hacer.
Para Caritas y otros grupos activos en ecología, que se unen en el Foro Nacional sobre el Cambio Climático y la Justicia social, no se está haciendo suficiente. Por ejemplo, si hubiera mayor voluntad política, ¿sería posible reemplazar toda la energía producida por combustibles fósiles y nucleares con energía solar producida por paneles en los tejados de las casas en todas las regiones en algo como cinco años a partir de ahora?
A esto no se le ha dado prioridad y pareciera que vamos a poner más esfuerzos en la energía hidroeléctrica producida en el Amazonas. Esto tiene un impacto socioambiental y aumenta la deforestación, al mismo tiempo que logra progreso en el sentido capitalista, que no es progreso. Seguiremos usando más y más combustibles fósiles y perforando en busca de petróleo.
Caritas Brasil trabaja en diferentes formas, en diferentes regiones, en el cambio climático. En el noroeste encabeza la lucha por la vida en una región semiárida, con proyectos de agua, agroecología y promoviendo el comercio justo. En otras regiones, Caritas Brasil apoya la rehabilitación de pozos y la reforestación. Asimismo, participa en el Foro Nacional sobre el Cambio Climático y la Justicia Social en donde trabaja con otros grupos y movimientos en temas medioambientales.
REPAM es una red pastoral y está vinculada a iniciativas ecológicas que existen en la región Panamazónica. Su misión es reconocer y apoyar lo que las iglesias están haciendo. Por otra parte, alienta a comunidades, parroquias y diócesis a que adopten una visión pastoral que implica cuidar de la biodiversidad y de todo el Amazonas a nombre de la humanidad, como parte de su experiencia cristiana. Pone en práctica lo que el Papa Francisco nos inspira a hacer con sus palabras en Laudato Si’, sobre El Cuidado de la Casa Común.
Para los cristianos, cuidar de la creación es parte de su fe en Jesús y es una forma de vivir su fe. De esta forma, REPAM reconoce y apoya con júbilo la lucha de los pueblos indígenas en defensa del Amazonas y promueve formas en las que las comunidades de pueblos tradicionales puedan vivir en armonía con el medioambiente.
Siendo realista, no me hago muchas ilusiones en cuanto a la reunión del clima COP21 en París. Creo que Naciones Unidas no ha tomado la decisión que podría ser el comienzo de una nueva etapa en estas reuniones globales – esto es, prohibir la presencia física y política de grandes empresas que son responsables del desarrollo basado en la explotación de la naturaleza y la gente y que por esta razón son la principal causa de lo que está provocando el calentamiento del planeta y el cambio climático.
Espero que los países sean capaces de adoptar medidas para afrontar el calentamiento del planeta y que establezcan un marco para monitorear estos métodos, a fin que de se puedan lograr los objetivos.
Otros países en Sudamérica se enfrentan a desafíos particulares relativos al deshiele de los casquetes polares de los Andes. Aquellos que dependen de estas aguas para sus alimentos, como Perú y Bolivia, empezarán a tener más problemas. Dicho esto, todos sufrirán por la destrucción del Amazonas.
*REPAM – Red Eclesiástica Panamazónica