Los mongoles usan los huesos de las pezuñas de las cabras y las ovejas para adivinar su futuro. Cada lado del hueso representa a una oveja, una cabra, un camello o un caballo. Uno los lanza como si fueran dados y la forma en que caen decide el destino.
Cada vez más, pareciera que la suerte de los legendarios nómadas mongoles que viven en la Tierra del Cielo Azul eterno y los animales que pastorean está sellada. El invierno en Mongolia se está volviendo cada vez más largo y más frío. Los veranos se están volviendo más cortos y más secos. Esto deja a los animales sin suficiente comida y al estilo de vida basado en el pastoreo sin futuro.
Un dzud es una emergencia provocada por la nieve y el frío intenso. «Los animales se congelan o se mueren de hambre porque no pueden pastar. Se puede perder miles al día», dice el P. Pierrot Kasemuana, director de Caritas Mongolia. «El dzud es una emergencia casi silenciosa, no cobra muchas vidas, pero causa muchos daños. Antes ocurría una vez cada generación, ahora es todos los años».
Los pastores están recogiendo sus tiendas de campaña tradicionales o ger y trasladándose a las ciudades, especialmente a la capital Ulán-Bator, en donde los esperan la pobreza y a contaminación.