Caritas: Abordar las causas subyacentes de la escalada en la crisis del Sahel central

Caritas Internationalis ha exhortado a los gobiernos, líderes locales y donantes a actuar en la zona central del Sahel, que está afrontando una de las crisis humanitarias de más rápida escalada de todo el mundo.

En su aportación a una mesa redonda virtual ministerial de alto nivel, organizada conjuntamente por Dinamarca, Alemania, la ONU y la UE, el pasado 20 de octubre, Caritas ha recomendado a los responsables políticos que abordaran las causas subyacentes de dicha crisis y encontraran soluciones políticas a los factores que minan la cohesión social, como: la desigualdad, la inestabilidad de los gobiernos, la venta de armamento, la violencia entre las comunidades y los ataques terroristas.

Khreb - wild grain, food during the Sahel crisis

Photo by Lisa Krebs/Caritas Switzerland

La violencia inter e intracomunitaria está aumentando y las violaciones de los derechos humanos, perpetradas por diversos grupos contra los civiles, se están multiplicando, provocando desplazamientos forzosos de la población. Como consecuencia de todo ello, más de 13 millones de personas necesitan urgentemente asistencia humanitaria, en Burkina Faso, Malí y el Níger, es decir, 5 millones más que al comenzar el año.

La Confederación ha instado a que se adopten cinco líneas de acción. En primer lugar, la promoción de enfoques multidimensionales y, a más largo plazo, de actividades de desarrollo, humanitarias y de pacificación, con el fin de abordar las causas que están a la raíz de la crisis, en la región central del Sahel. “No basta con abordar los síntomas de la crisis”, afirma Caritas, enfatizando que “la crisis en el Sahel central tiene sus raíces en cuestiones de gobernanza, la distribución desigual de la riqueza, la falta de acceso equitativo a los recursos, a la educación y de oportunidades de vida para los pobres, lo que a su vez empuja a muchos jóvenes a unirse a grupos armados, intentando escapar de la pobreza y la injusticia”. La Confederación mundial Caritas, integrada por 162 miembros, también pone de relieve que la enorme complejidad de la prolongada crisis del Sahel se ha visto complicada aún más por la pandemia de la COVID-19.

En segundo lugar, Caritas ha exhortado a promover el papel de las organizaciones de la sociedad civil nacionales y locales, y enfoques basados en las comunidades, para abordar cuestiones como: la protección, la cohesión social, la prevención de conflictos y la construcción de paz. La Confederación, por tanto, considera que los líderes locales, incluidos los religiosos, así como las mujeres y los jóvenes, son una parte clave de la solución para prevenir la violencia y construir comunidades más unidas, y anima a que se preste mayor atención a la capacitación de las comunidades locales, de manera que encuentren sus propias soluciones. Sugiere que los donantes inviertan en programas interreligiosos entre cristianos y musulmanes y otros para ayudar a promover la unidad en la población.

En tercer lugar, Caritas afirma que se debe prestar especial atención a los refugiados vulnerables, los desplazados internos y el apoyo a los solicitantes de asilo. Esto significa reforzar la protección contra la trata de seres humanos, mantener la unidad familiar durante los desplazamientos, apoyando la reunificación familiar, registrar a los apátridas y promover la integración de los desplazados internos en las comunidades de acogida, así como formar a los refugiados como líderes comunitarios.

En cuarto lugar, la complejidad de la situación exige una mayor coordinación entre los agentes de ayuda humanitaria, en la promoción del desarrollo y la paz y entre las ONG nacionales y locales -en particular la sociedad civil local y las organizaciones religiosas. Todos deben participar contribuyendo a los sistemas de alerta temprana, la evaluación de necesidades y la supervisión y evaluación de los programas de emergencia, consolidación de la paz y el desarrollo.

Por último, Caritas sugiere a los responsables de la formulación de políticas que refuercen la cooperación interregional, con la intención de promover un enfoque centrado en las personas, por la paz y el desarrollo sostenible, la seguridad humana y la erradicación de la pobreza extrema, de conformidad con el Programa 2063, propuesto por la Unión Africana.

Tras la conferencia ministerial virtual, los países donantes anunciaron más de 1.700 millones de USD para potenciar la asistencia humanitaria esencial para salvar vidas y la protección de millones de personas en Burkina Faso, Malí y el Níger y evitar una mayor exacerbación de la crisis humanitaria.

“Es fundamental intensificar la ayuda, pero si no se abordan seriamente esas causas subyacentes, las necesidades humanitarias aumentarán y la población del Sahel central seguirá pagando el precio más alto de la crisis”, ha señalado Albert Mashika, coordinador regional de Caritas África.