Mensaje de Navidad
del cardenal Tagle 2020

Queridos amigos de Caritas: A medida que el año 2020 se acerca a su fin, nuestro mundo necesita más que nunca la promesa de la presencia de Dios entre nosotros, mediante el nacimiento de su Hijo.

Muchos de nosotros hemos llegado al Adviento agotados y desorientados, por la oscura sombra que proyecta sobre nuestro mundo la pandemia del coronavirus. Nuestros corazones están henchidos por tanto sufrimiento que hemos sentido y visto, tantas muertes y alarmantes recordatorios para mantener distancias, con nuestros seres queridos y el resto de la humanidad.

La pandemia tomó a muchas personas por sorpresa, a pesar de que había habido numerosos signos de graves desequilibrios e injusticias en nuestro mundo. La despiadada devastación de este virus nos ha despertado de nuestro letargo.

Photo by Maggie Andresen for Catholic Relief Services


Gracias a CRS en Ruanda, Marie Rose puede aumentar las ganancias de su negocio, puede alimentar mejor a su familia y llevar a su hijo a la escuela. Foto de Maggie Andresen / Catholic Relief Services

Cuando el mundo parece estar en su peor momento, los cristianos recurrimos a la fe, la esperanza y la caridad para iluminar el camino a seguir. Sólo podemos ver esa luz si mantenemos los ojos bien abiertos y, en medio del horror, aprendemos a ver los signos del amor de Dios que se están sembrando en todo el mundo cada día.

“¡Sigan despiertos!” nos dice Jesús. “Porque no saben qué día llegará el Señor”.

La carta encíclica de papa Francisco, Fratelli tutti, publicada este año, nos llama a reconocer y recorrer nuevos caminos de esperanza: “Porque Dios sigue sembrando abundantes semillas de bondad en nuestra familia humana”.

La encíclica nos llama a abrir nuestros corazones con gratitud a la posibilidad del amor universal. Esto significa ver el valor, el mérito y la belleza de cada ser humano tal y como es. Y que nos dejemos ver en toda nuestra vulnerabilidad, para también ser amados.

El personal y los voluntarios de Caritas, en todo el mundo, han sido portadores de este amor durante la pandemia. Mediante acciones concretas, Caritas se ha asegurado de que las comunidades vulnerables no se quedaran solas y pudieran sobrevivir a la pandemia mientras el mundo se enfrentaba al confinamiento.

La gente está sorprendida de cómo un pequeño virus ha cambiado los planes de todo el mundo. Esto nos recuerda a todos que nuestros planes se vuelven cenizas ante el gran y misterioso plan de Dios.

Mientras esperamos la llegada de nuestro Señor a Belén, se nos invita a reflexionar sobre la presencia de Cristo en la gente pobre y marginada de nuestro mundo actual. El niño Jesús era también pequeño e insignificante, pero el poder de su amor y sus acciones hacia aquellos que la sociedad había olvidado resuena a través de los tiempos y aún retumba en nuestras vidas hoy en día.

Al finalizar este año, en el que han predominado los sufrimientos y la muerte, recibimos con entusiasmo la venida de nuestro Señor y la llegada del Reino de Dios.

Mientras nos preparamos para despedir el año 2020, rezo por la apertura de nuestros corazones, porque eso nos permitirá a todos recorrer el camino de la fe, la esperanza y la caridad y abrazar la nueva vida que está a punto de nacer y que nos llama hacia el amor universal.

Les deseo una Navidad llena de bendiciones.

Suyo en Cristo,

S. Em.ª Luis Antonio cardenal Tagle
Presidente de Caritas Internationalis

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