“El amor se regocija viendo crecer a los demás” – Cuaresma 2021

Mensaje de Cuaresma a la confederación Caritas de Mons. Pierre Cibambo, asistente eclesiástico de Caritas Internationalis

“Mirad que subimos a Jerusalén” (Mt 20,18)

Jerusalén es el lugar donde Jesús fue rechazado y asesinado por quienes querían aferrarse al poder. También fue el lugar donde Jesús nos mostró el verdadero significado de su misión y nos invitó a seguirle en el amor y el servicio.

Al iniciar juntos nuestro viaje cuaresmal hacia Jerusalén, nos vemos obligados a ver dónde tenemos que soltar nuestro poder mundano para poder tender la mano y unirnos en unidad como confederación Caritas y como familia humana.

Para reiterar las palabras del papa Francisco: “¡Nadie se salva solo!”

Foto por Tommy Trenchard/Caritas

Se burlaron de Jesús por no ostentar su poder, en el mundo terrenal, ante la injusticia: “¡Salvó a otros, pero no puede salvarse a sí mismo!”. Se entregó por nosotros en un acto de amor radical y confiado que puede parecer más de lo que cualquiera de nosotros puede ofrecer en estos tiempos de miedo y pandemia.

En Caritas, estamos llamados a dar nuestra vida, no muriendo, sino en actos sencillos y concretos de desinterés y generosidad, inspirados en ese acto radical de amor. Cada día estamos llamados a desprendernos de nuestras preocupaciones por nosotros mismos y entregarnos con ternura, compasión y cuidado a nuestros hermanos y hermanas que sufren y están marginados.

“En este tiempo de conversión, renovemos nuestra fe, tomemos del “agua viva” de la esperanza y recibamos con el corazón abierto el amor de Dios, que nos hace hermanos en Cristo”, dice el Papa Francisco en su mensaje de Cuaresma.

Cuando me siento débil y demasiado humano, miro a mi alrededor y veo los numerosos rostros de “caritas” en todo el mundo y me siento reconfortado e impulsado en mi camino. Es la inspiración y el poder de estos actos de amor en nuestro mundo lo que me recuerda que no estoy solo y que la fe, la esperanza y la caridad siguen vivas incluso en los tiempos más oscuros.

El Santo Padre nos recuerda que la Cuaresma es tiempo de esperanza. Es esta esperanza, que alimentamos juntos, la que nos ayuda a creer que “la historia no termina con nuestros errores, nuestra violencia e injusticia, o el pecado que crucifica el Amor. Significa recibir, desde el corazón abierto de Jesús, el perdón del Padre”.

Unidos a vosotros en vuestro camino de Cuaresma, en la fe, la esperanza y el amor.

Vuestro en Cristo,

Msgr. Pierre Cibambo

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