El 15 de marzo de 2021, el conflicto sirio cumple su décimo aniversario. Desde hace diez años, la guerra siria sigue siendo una de las crisis más complejas y prolongadas a nivel mundial. Es el resultado de continuas hostilidades en zonas localizadas, de constantes desplazamientos, retornos espontáneos y erosión sostenida de la capacidad de recuperación de las comunidades.
Los niños, las primeras víctimas de la guerra: Los niños sirios no han conocido nada más que la guerra. Han aprendido a esconderse al primer ruido de las bombas, han dicho adiós a sus seres queridos y amigos obligados a emigrar o que han muerto en los combates. Pero, sobre todo, corren el riesgo de verse privados de su futuro. A finales de 2019, ya se estimaba que 2,45 millones de niños sirios, es decir, uno de cada tres, no estaban escolarizados. Además, la crisis de la COVID-19 ha expulsado a otro 50% de ellos del sistema educativo, con el resultado de que dos tercios de los niños no están escolarizados y corren el riesgo de caer en la trampa del trabajo infantil.
La falta de acceso a la educación de los niños sirios corre el riesgo de tener un impacto devastador en el futuro del país. El sector de la educación necesita urgentemente recursos y los donantes deberían financiar intervenciones destinadas a sacar a las familias de la pobreza.
Caritas quiere sensibilizar y recaudar fondos para apoyar a los niños, en los tres ámbitos siguientes, adoptando medidas para ofrecer un desarrollo más integral a los niños de la región de Alepo, una de las ciudades de Siria más devastadas por el conflicto.