
El contrabando humano es un negocio en apogeo, de acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen, las ganancias son de miles de millones (más de US$32.000 millones en 2005). Caritas Internationalis plantea que, aunque todo país tiene el derecho a regular la inmigración, las medidas restrictivas simplemente están alentando a la gente a recurrir a canales de migración más caros y peligrosos. Asimismo, dice que lo que se necesita es tener políticas de inmigración más flexibles.