Un temporal invernal ha blanqueado de nieve gran parte de Medio Oriente, dejando a los refugiados acurrucados, buscando calor, en sus tiendas improvisadas.
Mensaje de Navidad del Obispo Antoine Audo, el Presidente de Caritas Siria.
Caritas ha estado proporcionando alimentos, ropa, calefactores, mantas y adaptando algunas casas para el invierno. Se ofrece asistencia a unos 10.000 cristianos, yazidíes y musulmanes de Irak.
Los responsables de Caritas han hablado de un Oriente Próximo en cuidados intensivos, que sufre múltiples traumatismos. Lo han hecho durante una conferencia de Caritas Internationalis que ha tenido lugar en Roma del 15 al 17 de septiembre para estudiar la coordinación de una respuesta a la crisis en Oriente Próximo, a nivel regional y mundial.
El Presidente de Caritas Internationalis, S. Em.ª Óscar Cardenal Rodríguez Maradiaga, inaugurará una reunión de alto nivel de Caritas, que tendrá lugar del 15-17 de septiembre en Roma, sobre el tema de la crisis en Medio Oriente, que incluye a Siria, Gaza e Irak.
Alrededor de 150 personas del Vaticano, organizaciones de Caritas, universidades pontificias, congregaciones religiosas y diócesis italianas se reunirán en Roma el 18 de septiembre para hablar sobre “La familia: un recurso para superar la crisis”.
Las noticias pueden resultar aterradoras desde lejos. Sin embargo, desde cerca y en persona, las familias iraquíes no podrían ser más corteses, acogedoras y amables — a pesar del nefasto telón de fondo con el que viven.
Caritas ha ayudado a casi un millón de personas afectadas por las crisis de Siria, Gaza e Irak pero, con la intensificación de los disturbios, las necesidades están aumentando al mismo tiempo que los recursos disminuyen. La ayuda es esencial pero solo un acuerdo de paz regional puede proteger las vidas de todas las personas, ya sean musulmanas, cristianas, yazidis o judías.
Mientras el número de desastres se incrementa en todo el mundo, la escasez de fondos para la ayuda humanitaria está exacerbando una situación ya seria de por sí.
Más de un millón de personas han huido de sus hogares en el norte y el centro de Irak a medida que los extremistas musulmanes suníes, quienes se autodenominan Estado Islámico, tomaban las provincias de Ninewa, Salah Al-Din y Diyala.