Cómo trabaja Caritas
en migración y la trata

Los jornaleros migrantes que trabajan en fincas o en obras de construcción pueden ser explotados y mal pagados, las trabajadoras y trabajadores domésticos puede enfrentarse a abuso físico y sexual, y es posible que los niños no reciban educación y se aprovechen de ellos. Los riesgos a que se enfrentan los migrantes son muchos.

Algunos son engañados por personas en quienes confían. Son vendidos como esclavos o para ejercer la prostitución, o caen víctimas de bandas criminales organizadas. Los migrantes también puede ser objeto de abuso por parte de las autoridades encargadas del cumplimiento de la ley y de las agencias de contratación.

Caritas apoya a los migrantes, defiende sus derechos y los ayuda a vivir en dignidad. Hace incidencia a favor de una mejor legislación para protegerlos.

En sus centros alrededor del mundo, Caritas ofrece líneas de ayuda, albergues, asesoría legal y formación laboral para migrantes. Trabaja más allá de fronteras, enlazando el apoyo entre los países que la gente deja y los países a donde llega. Caritas asegura que los migrantes sean conscientes de los riesgos antes de dejar su país y sepan cómo obtener ayuda una vez que han partido.

Mediante su labor de incidencia y sus campañas, Caritas está comprometida a acabar con el abuso. Nos recuerda que los migrantes son parte de nuestra familia humana y se les debe reconocer por las contribuciones positivas que hacen. Caritas trabaja para cambiar la legislación a fin de que los migrantes reciban un trato justo y hace presión para que se adopten, ratifiquen e implementen tratados internacionales sobre migrantes, refugiados, solicitantes de asilo y víctimas de la trata de seres humanos.

El rostro femenino de la migración

Cuando las mujeres empobrecidas dejan su país para ir a trabajar al extranjero, con frecuencia, son engañadas o maltratadas. Los tratantes y contrabandistas pueden explotarlas, las obligan a trabajar gratis como prostitutas o mendigando. La mujeres que trabajan como empleadas de hogar, a veces, son golpeadas, trabajan largas jornadas y no reciben su sueldo. Muchas mujeres dejan a sus propias familias en su país, para ir a cuidar a familias extrañas y, de esa manea, sus propios hijos se vuelven más vulnerables.

La trata de seres humanos

Caritas está comprometida con la lucha contra la venta de niños, mujeres y hombres como esclavos para dedicarse a la mendicidad, la prostitución o trabajos forzados. Forma parte de la red COATNET que lucha contra la trata de seres humanos.

Los miembros de COATNET – Red de Organizaciones Cristianas contra la Trata de Seres Humanos – trabajan juntos cruzando fronteras para hacer conciencia sobre la trata de seres humanos y ayudar a las víctimas. COATNET combate las causas fundamentales, como la pobreza y la falta de oportunidades, y al mismo tiempo hace incidencia para que se aprueben leyes que protejan a las víctimas, castiguen a los perpetradores y aseguren que haya condiciones laborales decentes.

Las trabajadoras y trabajadores domésticos

A menudo, las trabajadoras y trabajadores domésticos no reciben un trato justo, especialmente si no están trabajando en su propio país.

Mujeres, hombres y niños sufren abuso físico y verbal cuando no existen leyes adecuadas que los protejan. Se les puede negar tiempo de descanso o un límite a su horario laboral. A veces también se les niega un salario mínimo o acceso a los sistemas de bienestar social. Algunos patrones crueles les retienen salarios y a veces los pasaportes.

Caritas ejerció mucha presión para que se adoptara el Convenio de la Organización Internacional del Trabajo “concerniente al trabajo decente para trabajadoras y trabajadores domésticos”, el 16 de junio de 2011. Este representa un cambio sustancial en materia de protección de las trabajadoras y trabajadores domésticos en todo el mundo, reconociendo su trabajo como real e igual. Al ratificar el convenio, los gobiernos aceptan medidas importantes para protegerlos, regular a las agencias de contratación y evitar la explotación de menores.

Ahora Caritas se ha unido a la campaña de la Confederación Sindical Internacional que está presionando para que el Convenio se implemente.

La migración infantil

El que un niño se vaya de casa solo para ir a buscar trabajo o para escapar de un conflicto no es un fenómeno nuevo. Sin embargo, la cantidad de niños que emigran solos y las complejas amenazas a que se enfrentan están aumentando. Caritas está preocupada por ellos. Se encuentran en grave peligro, en muchos casos se encuentran bajo enorme presión psicológica para tener éxito y mantener a sus familias en el lugar de origen.

Los niños migrantes deben navegar solos por un país desconocido, sin conocer el idioma y la cultura. A menudo desconocen sus derechos o la verdadera magnitud del riesgo de secuestro y abuso al que se enfrentan. Pueden ser explotados, mal pagados y mal alimentados, y rara vez tienen la oportunidad de ir a la escuela o jugar. Las pandillas de delincuentes organizados pueden amenazar sus vidas y las de sus familias en su lugar de origen.

Las organizaciones Caritas trabajan para asegurar que estos niños puedan recibir ayuda. Les ofrecen lugares donde quedarse, con atención médica y oportunidades de educación. Tratan de reunirlos con sus familias.

Caritas también hace incidencia y realiza campañas en nombre de niños migrantes – pidiéndoles a los gobiernos que no los detengan como inmigrantes ilegales en condiciones de prisión como si fueran los adultos que no son. Caritas insiste en que la ley los trate como niños.