Astrid Reindl is a lawyer who works at Caritas Vienna’s migrant centre in Austria.

Credits: Walter Luttenberger/ Caritas

Astrid Reindl es una abogada que trabaja en el centro de Caritas para migrantes de Caritas Austria.

Son las 10 de la mañana del lunes. Yo llevo ya dos horas en mi escritorio en el centro para migrantes de Caritas Viena. Me he estado preparando para la semana haciendo citas y viendo mi base de datos para preparar los expedientes de los clientes con quienes me voy a reunir.

Mi primer visitante es el Sr. K, un hombre de 29 años de Serbia. El ha venido al centro en busca de ayuda para solucionar sus problemas económicos y otros problemas que tiene en casa. Habla con nerviosismo sobre sus problemas personales y sobre la incertidumbre de la situación de su residencia.

Por ahora no puede buscar trabajo debido a problemas de salud. El dinero que recibe de una póliza de seguro no cubre sus gastos mensuales y esto le provoca mucha ansiedad en cuanto a sus responsabilidades y el futuro de su familia.

Yo lo escucho y le doy espacio para que hable de sus temores. Una vez que ha terminado, discuto con él las posibles opciones para ayudarlo. Cuando se va, le doy €200 para que se mantenga a flote.

En el curso de los seis años que llevo trabajando aquí he visto a muchos inmigrantes. Tantas historias, tantos destinos en juego. Me gusta poder ayudar a mis clientes a sobrellevar situaciones difíciles. Mi formación legal nos ayuda a encontrar las mejores soluciones jurídicas posibles, pero la ley austriaca cambia constantemente, lo que complica las cosas para los inmigrantes.

Somos 18 personas trabajando en el centro para migrantes. Algunos son asesores legales y sociales, otros ayudan a cerrar expedientes y otros se hacen cardo del área de vivienda. Atendemos alrededor de 10.000 consultas al año, y trabajamos en alemán, inglés, turco, serbio, croata, español y francés.

Los problemas que atiendo varían. Por ejemplo, alguien me acaba de llamar pidiéndome asesoría sobre qué hacer si le niegan la residencia. Otra persona llamó pidiendo ayuda para buscar un nuevo apartamento. Es importante no darles a los clientes una falsa impresión de lo que se puede hacer, pero tengo que equilibrar esto con evaluar su situación de forma clara y optimista.

Mi siguiente cliente es la Sra. S. Con los ojos llenos de lágrimas me dice que su mayor anhelo es tener a su hijo con ella en Austria. Yo veo sus documentos y le prometo que le voy a dar una mano con una nueva aplicación. No tengo muchas esperanzas de que se vaya a poder. Es una lástima que la ley no pueda ver la desesperación y entender los deseos de la gente sobre la que tiene que tomar decisiones.

La cantidad de solicitudes de asesoría para inmigrantes está aumentando, porque cada vez más se ven amenazados por la pobreza. La gente acude a nosotros porque se encuentra en situaciones muy precarias y trabaja en empleos inestables y con bajos salarios.

Yo me veo a mí misma como un tipo de orientadora, que los ayuda a encontrar soluciones a sus problemas. La esperanza es que este tipo de apoyo ayudará a los inmigrantes a ver hacia el futuro con más optimismo y menos temor.