La semana pasada, los ataques con misiles contra redes eléctricas han dejado varias áreas de las ciudades ucranianas de Kiev y Kharkiv sin absolutamente ningún tipo de acceso a fuentes de energía. Con la escalada del conflicto en Ucrania, tras los bombardeos en todo el país del pasado 10 de octubre, miles de ucranianos vuelven a vivir y trabajar en un estado de peligro e incertidumbre continuos.
Hablando con Caritas Internationalis desde Kiev, Andrew Perkins, de Catholic Relief Services, destacado allí en comisión de servicio, por tres semanas, como asesor de seguridad y protección del Equipo de Apoyo de Respuesta de Emergencia de Caritas (ERST) en Ucrania, dice que la situación humanitaria en la nación de Europa oriental se ha desestabilizado aún más en el último mes. “La situación empeoró significativamente tras los ataques con misiles. En esos momentos, se registró un bombardeo de 100 misiles hacia el país. Yo estaba en Kharkiv entonces, durante una llamada de Caritas. Las luces se apagaron, en medio de la conversación, porque los misiles habían destruido las centrales de energía”, dijo. Además de la infraestructura de energía, se informa que la población civil también fue atacada durante esos recientes bombardeos.
Sin embargo, a pesar de la creciente volatilidad en el país, el Sr. Perkins dice que está sorprendido por la resiliencia del personal y voluntarios de Caritas, que trabajan sin cesar a pesar de la escalada del conflicto: “Dondequiera que vaya me encuentro con estas personas inspiradoras, que siguen trabajando todo el tiempo … Yo estaba en Zaporižžja y, hablando con el equipo de Caritas Ucrania allí, algunos de los miembros del equipo fueron desplazados internamente de una zona de conflicto a otra parte del país. Comprobé que eran desplazados, venían de otro centro de Caritas y comenzaron la tarea en otro lugar diferente, pero su dedicación y trabajo seguían adelante”.
El director ejecutivo de Caritas-Spes, el padre Vyacheslav Grynevych, informó que los cortes de energía crearon nuevos desafíos para el pueblo ucraniano, que ahora se enfrenta a apagones recurrentes a diario. “A veces tenemos problemas con la conexión a internet, a veces con los sistemas de calefacción, pero eso no puede detenernos porque, en esta nueva realidad, tenemos que continuar nuestro trabajo y nuestro apoyo a las personas, porque sabemos y entendemos que mucha gente está esperando nuestra ayuda”, dijo.
A la luz de estos acontecimientos, Caritas hace un llamamiento a un renovado sentido de solidaridad, dentro y fuera de la confederación, para hacer aún más por el pueblo ucraniano que lo necesita. El P. Vyacheslav Grynevych dice que, a pesar de los nuevos desafíos, es “muy importante saber que no estamos solos. Estamos agradecidos por esta experiencia: saber que no estamos solos. Gracias por su solidaridad”.
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