Refugiados de Sudán del Sur

Viaja con Caritas para conocer a las personas que viven en los campamentos de refugiados de Uganda.

Volvimos a visitar a los refugiados de Sudán del Sur, 18 meses después de su llegada, para ver cómo Caritas les ayuda a comenzar una nueva vida en Uganda.

En Sudán del Sur comenzó un conflicto civil en 2013, dos años después del final de la guerra de décadas por su independencia de Sudán.

Un tercio de sus 12 millones de habitantes ha huido de sus hogares.

En enero de 2017, conocimos a algunos refugiados de Sudán del Sur en el campamento de Bidi Bidi, Uganda. Y 18 meses después, hemos regresado a dicho campamento para comprobar cómo los programas de Caritas marcan la diferencia en la vida de las personas que viven allí.

Relato de Patrick Nicholson, fotos de Tommy Trenchard.

Arrastre el cursor para ver cómo estos 18 meses han marcado la diferencia para Malis Joseph y su bebé Flora

Escapar de Sudán del Sur

“Las balas cortaban las ramas de los árboles”, recuerda Malis Joseph. Fue la primera vez que supo que su aldea, en Sudán del Sur, estaba siendo atacada.

“Los soldados incendiaron nuestras casas. Mi hermano y su esposa fueron asesinados”.

Malis sabía que había llegado el momento de salvar a su familia. Ese mismo día, con cincuenta miembros de su numerosa familia (incluyendo a la bebé Flora, en la fotografía) apiñados en un camión, se dirigió hacia el sur, hasta la frontera con Uganda. Él fue uno de los dos millones de personas obligadas a huir del país, tras la ola de violencia de 2016.

Caritas le facilitó aperos, simientes y adiestramiento. Él dice:

“Para las personas que han ofrecieron su dinero y ayuda, pido la bendición de Dios Todopoderoso, que Él les bendiga por cuidar de los refugiados, sin su ayuda no habríamos llegado a ninguna parte”.

Los prósperos cultivos de Bidi Bidi

Bidi Bidi es el campamento de refugiados más grande de Uganda, hogar de más de 285 000 personas, donde Caritas está trabajando para ayudar a quienes huyeron de la vecina Sudán del Sur.

Sin embargo, en 2016, el campamento era 100 millas cuadradas de polvo, rocas y árboles.

A pocas semanas de la llegada de los refugiados de Sudán del Sur, los equipos de Caritas en Bidi Bidi habían distribuido 10 000 aperos agrícolas y 10 000 toneladas de semillas de hortalizas, llegando así a ayudar a 3600 hogares de refugiados (unas 12 600 personas).

Al distribuir las semillas, el objetivo era que los refugiados pudieran añadir cantidad, variedad y cualidad nutricional a sus comidas.

En lugar de sobrevivir solo con harina de maíz, frijoles y aceite, también pudieron cultivar ocra, carillas, berenjenas, tomates, cebollas, repollos, maíz y cacahuetes.

Malis Justin, otra refugiada del sur de Sudán, llegó a Bidi Bidi en octubre de 2016. Poco después, Caritas le dio semillas de ocra y aperos agrícolas.

Con el dinero que ganó vendiendo su primera cosecha de ocra, Malis pudo comprar sandalias nuevas para sus hijos, así como algo de pescado para agregar proteínas a su dieta.

Arrastre el cursor para ver cuánto han crecido los cultivos de Malis Justin, en 18 meses
 
Malis from South Sudan planted okra seeds gievn to him by Caritas UgandaMalis Justin, a 32 year old refugee from South Sudan, photographed at his new home in Bidibidi refugee camp in northern Uganda.
Arrastre el control deslizante para ver cómo ha cambiado la hija de Malis, Tabu Ruth, en 18 meses
South Sudanese refugee Tabu Ruth brings water to her father, Malis Justin, 30, outside the family’s new home in Bidi Bidi camp.Tabu Ruth, a South Sudan refugee, in 2018

Anhelando la paz en Sudán del Sur

Malis Justin fue separado de su esposa y su hijo menor durante los combates en Sudán del Sur. Pero se reencontraron en el campamento en 2017.

Malis dice que está agradecido por la ayuda que ha recibido en Bidi Bidi: “Tengo a mi esposa de nuevo conmigo y los niños van a la escuela. Puedo cultivar y vender verduras para mantener a mis hijos y ayudar a mis vecinos”, dice.

Pero todo lo que desea es el fin de los combates en Sudán del Sur para poder regresar a casa: “El hogar es el hogar, cada minuto de cada día pienso, ¿cuándo vamos a irnos a casa? “, afirma Malis.

“Ser un refugiado es como estar en la cárcel: se te impide todo lo que aspiras a obtener”.

“No es nada bueno ser un refugiado. No es una elección, pero estás etiquetado como refugiado y eso eres tú, punto final “, concluye.

Campo de refugiados de Bidi Bidi: de llanura polvorienta…

…a hogar de miles de personas

Un paisaje transformado

Youssef Gule, a Ugandan farmer who lives nearby to Bidi Bidi refugee settlement, photographed in a cassava field.

Youssef Gule, un agricultor ugandés que vive cerca del asentamiento de refugiados de Bidi Bidi, fotografiado en un campo de yuca.

Bidi Bidi es el campamento de refugiados más grande de Uganda. Es el hogar de más de 285 000 personas. Pero no siempre fue así.

Romana Candia, una empleada de Caritas, dice que al principio el ACNUR luchó mucho para hacer frente a la crisis, porque había escasos saneamientos, no había refugios, ni cultivos, ni carreteras y una gran demanda de agua: “Era un espectáculo terrible ver a las familias durmiendo en carpas pequeñas y chozas de paja, en las que ni siquiera se podían poner de pie”, dice.

“Caritas no tenía nada con lo que empezar, ni siquiera un edificio para trabajar”.

El impacto de la ayuda humanitaria en Bidi Bidi ahora es evidente: casas limpias, jardines verdes y bullicio en las calles. La economía local también ha florecido para los ugandeses.

“Estoy feliz viendo el progreso que hemos logrado en Bidi Bidi”, dice Romana. “Los refugios son buenos. Las personas son tratadas con dignidad. En los alrededores, hay cultivos y comestibles. Llamamos a los refugiados por sus nombres y ellos nos llaman a nosotros por los nuestros”.

La capacitación de Caritas para ayudar a los refugiados ahora y en el futuro

Caritas Uganda ha ayudado a las personas facilitándoles compresas, educación sobre nutrición y mosquiteras, para combatir la amplia incidencia de la malaria. Además, llevan a cabo programas de capacitación para agricultores y cursos de habilidades vocacionales para la juventud.

A continuación se presentan las historias de algunas de las personas que han recibido ayuda y capacitación de Caritas.

Jackie South Sudan has benefited from tailoring training thanks to a Caritas skills programme.

Jackie está aprendiendo corte y confección.

Jackie – costurera

Jackie Sitima es una refugiada de 24 años.

Su esposo fue secuestrado por un grupo armado y, según ella, le obligaron a luchar en Sudán del Sur. Ella vive con su padre y sus dos hijas, de seis y cuatro años.

Jackie ha participado en talleres de corte y confección y se convirtió en miembro de un grupo de cuatro mujeres que querían iniciar un negocio.

Les dieron máquinas de coser y un préstamo y abrieron una tienda de ropa confeccionada a mano.

Jackie piensa diversificar cosiendo toallitas sanitarias reutilizables: “Cuando regrese a Sudán del Sur, me llevaré conmigo las habilidades que he aprendido aquí para construir una vida mejor”, dice ella.

Soro Steward, 32, a South Sudanese refugee and field officer for Caritas, inspects tomato plants at a farmer field school in Bidibidi refugee camp in Uganda.

Soro está ayudando a otros agricultores

Soro – estudiante

Un refugiado de Sudán del Sur, Soro Stewart, de 32 años, perdió a ambos padres por enfermedad antes de huir de la violencia a Uganda, en 2016.

En Sudán del Sur, trabajaba para Caritas en seguridad alimentaria, ayudando a grupos de agricultores en el cultivo de hortalizas.

En Bidi Bidi, Soro sigue trabajando como oficial de campo ayudando a los agricultores.

“Mi función es asegurar que los grupos de agricultores estén organizados. Los capacitamos en habilidades de liderazgo y dinámicas de grupo”, dice.

“Me siento muy contento de poder ayudar a los refugiados”, añade. “Compartimos el mismo pasado y la misma situación. Puedo de consolidar relaciones con ellos”.

Caritas también le está pagando a Soro unos cursos de fin de semana, en estudios de desarrollo, en la Universidad de Arua.

Martin Waru, 42, from South Sudan went to a caritas-supported Farmers Field School, where he learned new agricultural technical skills.

Martin ha ido a la Escuela Agrícola de Caritas

Martin – granjero

Martin Waru es uno de los agricultores con los que Soro Stewart ha trabajado. Vive con su esposa y sus nueve hijos, en una zona rocosa de Bidi Bidi, que es difícil de cultivar.

“Además de recibir aperos y semillas, fui a la escuela de campo para agricultores, financiada  por Caritas. Allí aprendí tecnología agrícola y a maximizar la tierra que tengo que cultivar. Aprendí sobre los diferentes cultivos,  el riego y  la cría de ganado”, dice.

Martin también creó un grupo de ahorro, con el apoyo de Caritas y ahora él y sus amigos han invertido en cabras y pollos.

“Con todas las ganancias de mi parcela y nuestro grupo, he podido comprar tres colchones y cuatro cabras, que se han reproducido y ahora tengo nueve. Así mismo , he podido montar un taller de carpintería y comprarme una moto”, dice.

Cómo puede usted ayudar a los refugiados en Uganda

Hay más refugiados que necesitan ayuda en capacitación y el cultivo de comestibles para sus familias. Por favor, haga un donativo hoy.

Grandes necesidades en el vecino campamento de Palorinya

Los refugiados de Sudán del Sur siguen llegando a la frontera de Uganda, principalmente a pie, cansados y hambrientos, cargando con su hijos y algunos artículos para el hogar.

Cerca de Bidi Bidi se encuentra otro campamento, Palorinya, que es el segundo campamento de refugiados más grande de Uganda, con unos 165 000 refugiados. En este campamento, las raciones no son adecuadas para satisfacer las necesidades de la familias. Por eso los refugiados, en particular los niños y los ancianos, han de hacer frente a la desnutrición.

Una vida difícil

Broken shoes belonging to South Sudan refugee Okongo Charles

Este par de zapatillas son propiedad de Okongo.

“Mi vida aquí es muy difícil”, dice Okongo Charles, un refugiado de Sudán del Sur que vive en Uganda.

“Mi ración mensual solo me dura dos semanas”.

Okongo, de 32 años, estaba entre los dos millones de personas obligadas a huir de Sudán del Sur durante la ola de violencia de 2016.

Okongo ahora vive en el campamento de refugiados de Palorinya, una zona remota de Uganda.

Sueña con ver a sus hijos nuevamente. Ellos se quedaron en Sudán del Sur. Su tienda de  campaña gotea cuando llueve. Todas sus pertenencias consisten en dos ollas y un par de zapatillas rotas que llevaba en su larga caminata desde Sudán del Sur.

Viviendo en una carpa que gotea

Alana John, 53, has lived in this tiny, leaking tent for over a year, since he fled fighting in Pajok, South Sudan.

Alana John, de 53 años, ha vivido en esta pequeña tienda con goteras durante más de un año.

Alana John, vecino de Okongo Charles, necesita ayuda urgentemente.

Alana ha vivido en una pequeña tienda con goteras, durante más de un año, desde que huyó de loa violencia en Pajok, Sudán del Sur. En su vida anterior, Alana era un granjero satisfecho y con buenos resultados. Sin embargo, la vida aquí en el campamento de refugiados de Palorinya es extremadamente difícil para él.

Su hombro está dislocado y carece de energía para reparar su tienda destruida. En la actualidad, otros refugiados lo ayudan a obtener comida.

La vida para los refugiados en Uganda

60% de personas no tiene acceso adecuado al agua
50% de niños no reciben una educación
3500- el número de familias que podríamos ayudar

Con su apoyo podemos ayudar a más refugiados de Sudán del Sur

Hemos lanzado una llamada de emergencia para los refugiados de Sudán del Sur en Uganda. Con su ayuda, podemos mejorar la vida de las personas del campamento de Palorinya, de la misma manera que ayudamos en Bidi Bidi.

Planeamos apoyar a los refugiados con los siguientes tipos de capacitación.

Agricultura

Lona Kiji, 45, photographed in her plot of maize at her new home in Bidibidi refugee camp in northern Uganda.

Lona Kiji en su parcela de maíz de su nuevo hogar, en el campo de refugiados de Bidi Bidi, Uganda.

Carpintería

Refugees and members of the local community work together in a carpentry workshop at a techincal college supported by Caritas in Yumbe, Uganda.

Los refugiados trabajan junto a miembros de la comunidad local, en un taller de carpintería con el apoyo de Caritas.

Sastrería

Nancy Tabu, refugiada en Bidi Bidi, participa en una clase de corte y confección, con el apoyo de Caritas.

Nancy Tabu, refugiada en Bidi Bidi, participa en una clase de corte y confección, con el apoyo de Caritas.

Mecánica

A young man working on a generator in Uganda.

Un joven trabajando en un generador en Uganda.

Cursos para chicas

Unas jóvenes haciendo un sketch sobre los peligros del matrimonio infantil, durante un evento organizado por Caritas.

Unas jóvenes haciendo un sketch sobre los peligros del matrimonio infantil, durante un evento organizado por Caritas.

Negocios

Un gallinero propiedad de un colectivo local, en el campo de refugiados de Bidibidi, Uganda.

Un gallinero propiedad de un colectivo local, en el campo de refugiados de Bidibidi, Uganda.