Casi 10 años después, el terrorismo y la violencia, instigados por grupos milicianos, siguen amenazando la paz y la seguridad de decenas y miles de familias en Burkina Faso. Desde 2015, numerosos hombres, mujeres y niños se han visto obligados a huir de sus hogares y dejarlo todo atrás. Además, en los últimos años, Burkina Faso ha sido testigo de índices de migración sin precedentes debido a la sequía generalizada, que afecta a la región del Sahel y el Cuerno de África. Según fuentes oficiales, hasta la fecha, hay más de 2,06 millones de desplazados internos en el país.
“Dios sabe lo que hemos perdido. Nuestros campos de cacahuetes, sésamo y mijo han desaparecido. Un día grupos armados irrumpieron en nuestro pueblo y nos pidieron que nos fuéramos ese mismo día. Nos obligaron a marcharnos por la tarde. Por suerte, no perdí a nadie de mi familia“, recuerda Dadjoa Mano, un habitante de la aldea de Natchanbouri.
Lejos de su pueblo, donde antes vivía y trabajaba como agricultor y propietario de más de 100 cabezas de ganado, Dadjoa se ve ahora obligado a vivir en condiciones muy difíciles, mendigando alimentos para su hogar, compuesto por 25 personas: “En esta situación no tengo más remedio que darles de comer”, explica. Además de la falta de alimentos adecuados y oportunidades de trabajo, Dadjoa dice que su familia ni siquiera tiene acceso a letrinas o pozos para el saneamiento.
Al igual que Dadjoa, Sibila Compaore, madre de seis hijos, también se vio obligada a abandonar su hogar con su familia “con las manos vacías”, a causa de la creciente inseguridad en su aldea. “No hay peor sufrimiento que esta situación en la que nos encontramos, desde nuestra llegada hace cuatro meses”, comparte Sibila. Sin comida adecuada, ni dinero para pagar el alquiler y tampoco oportunidades de empleo. Por no tener, nos faltan incluso utensilios básicos de cocina. Sibila afirma que ella y su familia sufren ante tantas privaciones.
La amenaza del terrorismo, agravada por las duras condiciones climáticas, y la falta de apoyo gubernamental han dejado a muchas personas al borde del abismo. Numerosas comunidades vulnerables, sufren una terrible situación de necesidad. Son hombres, mujeres y niños sin esperanza, expuestos a mayores riesgos, incluyendo la desnutrición, la violencia y la explotación.
Debido al aumento de la inseguridad, la sequía y las inundaciones, muchas poblaciones vulnerables de Burkina Faso carecen de recursos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas. En vista de la situación humanitaria y en coordinación con otros actores humanitarios, OCADES-Caritas Burkina, con el apoyo de Caritas Internationalis, tiene previsto ofrecer su ayuda, con diversas iniciativas para reforzar los medios de sustento de las familias vulnerables, incluyendo alimentos y suplementos nutricionales, agua potable e incentivos para fomentar la ganadería.
Con su generoso apoyo, puede unirse a la misión de Caritas de ayudar a quienes necesitan desesperadamente ayuda humanitaria, como Dadjoa y Sibila, en el Sahel y el Cuerno de África, haciendo un donativo aquí: https://www.caritas.org/sahel-and-the-horn-of-africa/.
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