Ucrania. El Centro Creativo de Kharkiv ayuda a los niños a hacer frente a la guerra

Este proyecto de la ciudad ucraniana de Kharkiv ofrece cada año, a 800 niños y a otros 200 padres de entornos socialmente precarios y económicamente desfavorecidos, ayuda y apoyo para hacer frente a la vida cotidiana, que ahora son más importantes que nunca.

Al principio de la guerra, muchos de los beneficiarios del proyecto huyeron a otras partes de Ucrania o al extranjero, pero muchos de ellos ya han regresado desde el pasado verano. Las necesidades han aumentado porque los padres han perdido sus trabajos, algunas familias están de luto por las pérdidas, las casas han sufrido daños y necesitan reparaciones y la inflación hace que los bienes cotidianos sean cada vez más caros. Por eso, el trabajo social y el asesoramiento psicológico están más solicitados que nunca en estos momentos y son especialmente bienvenidos.

El Centro Recreativo lleva muchos años ofreciendo asistencia al aprendizaje y atención recreativa por las tardes, para niños y jóvenes, así como asesoramiento social para adultos y actividades para padres e hijos. Como Kharkiv estuvo especialmente cerca de la línea del frente, durante muchos meses, y sufrió intensos bombardeos, hubo que interrumpir todas las actividades in situ, ya que el riesgo para la vida y la integridad física era demasiado grande. Mientras tanto, se ha adaptado el refugio antiaéreo y se han hecho reparaciones en el edificio: ahora hay calefacción durante los meses invernales.

Este proyecto está dirigido por Caritas Viena, en cooperación con el Servicio de Ayuda Social de Kharkiv.

Yulia, de Kharkiv: “Recuerdo el momento en que empezó la guerra. Estaba sentada en el Centro recreativo y les dije a mis compañeros: “Me quedaré aquí y os ayudaré”. En ese momento se me saltaron las lágrimas. Todos se quedaron y ayudaron a innumerables personas cada día”. Solo este año, Yulia y sus compañeros ya han ofrecido asistencia itinerante a casi 11.000 personas. Sería demasiado peligroso distribuir alimentos en un lugar central. Yulia también dirige el centro recreativo para niños y adultos. Todas las escuelas de Kharkiv siguen cerradas, este centro es una de las pocas oportunidades que tienen los niños y sus padres de socializar, aunque los cursos se interrumpan al menos 2-3 veces al día, por un ataque aéreo, las fotos que Yulia nos envía constantemente están llenas de amor y de los ojos brillantes de los niños.

Anya, de 8 años, está en 2º curso, en la escuela número 17. La escuela fue destruida por un misil y el primero cayó justo en la clase de Anya. Las lecciones tienen lugar, pase lo que pase, pero de forma no presencial. Anya se puso muy contenta cuando vio que el centro había reanudado sus actividades, y se alegró especialmente cuando vio a su profesora de dibujo favorita, Svetlana Anatolyevna. Gracias a Svetlana Anatolyevna, Anya adora el dibujo y la cerámica.

Maxim cumplió cinco años el viernes pasado. Solo estuvo en la guardería seis meses, tras los cuales empezó la cuarentena de la Covid e inmediatamente después la guerra. De momento, sólo va a clases de arte y espera con impaciencia las clases de verdad. A Maxim le gusta tanto el proceso recreativo en sí, como la profesora. Cuando Maxim fue por primera vez a la clase de Svetlana, sólo tenía 4 años y no era muy alto, ¡la mesa de trabajo le parecía tan grande! Tenía que arrodillarse en la silla para poder ver su trabajo en formato A3. Pero lo más importante es que el niño sale contento y satisfecho con sus dibujos.

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