Por Aloysius John, Secretario General de Caritas Internationalis
El 24 de mayo de 2015, el Santo Padre firmó Laudato si’, alzando una voz profética desafiante a la humanidad sobre el estado de nuestra casa común. La pregunta clave era, en qué estado queríamos dejar nuestro hogar común como herencia para nuestros hijos, la generación venidera. Quería que la humanidad fuera consciente del bien común y que fuéramos custodios, salvaguardando ese don divino otorgado a la humanidad.
El Santo Padre insistía en que la ecología integral era la clave para construir un mundo futuro mejor, poniendo a la persona humana en el centro de todas nuestras actividades, en este mundo interconectado. Él Insistía en que, como administradores, cada uno de nosotros era responsable y tenía que hacer su parte como instrumento de Dios para el cuidado de la creación.
La pandemia de la COVID-19 nos ha dado indicaciones claras sobre la vulnerabilidad y fragilidad de nuestro mundo moderno, reforzando las palabras proféticas del papa Francisco sobre la necesidad de cuidar de la Madre Tierra. Nos ha dejado claro que todos estamos interconectados y que no podemos vivir en la ignorancia del otro o aislados de los demás. Ha puesto en evidencia el hecho de que somos corresponsables de todo y que es nuestro deber proteger a la persona humana, al medio ambiente, la naturaleza y la sociedad en la que vivimos.
Caritas Pakistán en 2019 ha ayudado a las comunidades a plantar un millón de árboles para combatir el cambio climático y plantará un millón más de árboles desde 2020-2023. Foto de Caritas Pakistán
El quinto aniversario de Laudato si’, en el contexto de la COVID-19, nos trae el mensaje clave del papa Francisco, que la conversión ecológica tiene que ser ahora, porque después será demasiado tarde. Que la conmemoración del quinto aniversario sea un kairós, un momento de reflexión, cambio y conversión ecológica para comprometernos en la construcción de un mundo nuevo, para iniciar otra vez en el espíritu de Laudato si’, donde cada uno de nosotros, en un espíritu de fraternidad, pueda escuchar el clamor de la tierra y de los pobres, para construir una sociedad justa y un ambiente de vida seguro como custodios.
El quinto aniversario se vivirá en estrecha colaboración con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y se proponen una serie de eventos y reflexiones. Todos estamos llamados a participar a través de la reflexión en pequeños grupos, como compañeros, en parroquias, en escuelas, etc.
Como Caritas, nuestra principal fuerza y la esencia de nuestra misión está en las comunidades y parroquias. Les animo a compartir estos eventos y a animar a sus comunidades para sensibilizarlas sobre la importancia de convertirse en agentes de ese cambio en nuestro mundo, mediante la conversión de nuestros corazones y mentes. El espíritu de solidaridad natural, alimentado durante la pandemia de la COVID-19 debe continuar y cada uno de nosotros debe hacerse responsable de nuestra casa común, la Madre Tierra.
El cuidado de la Madre Tierra es, en primer lugar, una responsabilidad individual que conduce a una responsabilidad y un compromiso colectivo en el que cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar.