Un terremoto de magnitud 7,8, que ha sacudido el noroeste de Siria y Turquía, ha dejado a miles de personas sin techo, ni alimentos, ni combustible. Caritas Turquía y Caritas Siria prestaron ayuda desde el primer momento, mientras la confederación Caritas Internationalis está apoyando y coordinando sus esfuerzos, para evaluar las necesidades y prestar asistencia a los damnificados por esta tragedia. El seísmo azotó zonas que ya se encontraban en una difícil situación humanitaria. Las duras temperaturas invernales y la destrucción o graves daños en las infraestructuras – incluyendo varios hospitales – y carreteras complican aún más las operaciones de ayuda humanitarias.
El Director de Caritas Siria, explica que: “En nuestro país, el seísmo ha afectado gravemente a la zona del noroeste, en la que 4,1 millones de personas dependen de la ayuda humanitaria“. Unos 5000 desplazados, en su mayoría mujeres y niños, han encontrado refugio en escuelas y otros edificios seguros. Los muertos y heridos registrados siguen aumentando, mientras continúa la búsqueda de desaparecidos entre los escombros de los edificios y viviendas destruidos. Los hospitales de algunas de las zonas más afectadas se vieron desbordados, mientras trabajaban para tratar a los heridos por el terremoto.
Caritas Siria está trabajando para distribuir artículos de ayuda y abrir refugios para acoger a los más necesitados en Alepo, Hama y Lattakia. “Hace mucho frío y sigue lloviendo y nevando. Muchos han perdido sus casas e incluso los que aún tienen un hogar no regresan a él por miedo a nuevos sobresaltos“. En Alepo se necesitan artículos de asistencia y refugios para los ciudadanos cuyas casas se derrumbaron. La oficina de Caritas Alepo quedó destruida, al igual que muchas viviendas del personal.
En Turquía, las provincias del sudeste del país, incluyendo Kahramanmaraş, Hatay, Osmaniye, Adıyaman, Gaziantep, Şanlıurfa, Diyarbakır, Malatya y Adana se vieron afectadas por el terremoto y 42 réplicas, la mayor de las cuales fue de magnitud 6,6.
La diócesis de la región de Anatolia se ha visto fuertemente afectada por el seísmo y la catedral de Iskenderun se derrumbó totalmente. Así mismo, las oficinas de Caritas Anatolia registraron graves daños. “Gracias a Dios, el personal está bien, pero hemos perdido voluntarios, beneficiarios e incluso familiares“, afirma Giulia Longo, directora de programas de Caritas Turquía, que se encontraba en Italia en el momento del seísmo, junto con el presidente de la organización, monseñor Paolo Bizzetti, y que ahora están regresando a Turquía. 
Caritas Turquía abrió inmediatamente una línea telefónica en el Centro de Escucha para facilitar apoyo y asistencia a los damnificados por la catástrofe. Actualmente trabaja junto con las autoridades locales para recabar información y organizar su respuesta humanitaria. Además, los equipos de Caritas han estado reuniendo a los desplazados en espacios seguros y abiertos e intentando distribuir algunas comidas calientes y ropa de abrigo.
La confederación Caritas está combinando sus esfuerzos y trabajando conjuntamente para proporcionar ayuda humanitaria a los más necesitados. Pedimos apoyo continuo y las oraciones de la comunidad internacional, con el fin de aliviar los sufrimientos de la población de Siria y Turquía en estos trágicos momentos.
Quien desee apoyar la labor de estas dos organizaciones Caritas puede hacerlo a través de la página web de Caritas Internationalis: https://www.caritas.org/earthquake-syria-turkey/.