Caritas Internationalis está muy preocupada por la gran crisis humanitaria a la que se dirige el mundo en la post-pandemia y exhorta a la comunidad internacional a adoptar medidas valientes e inmediatas.
La confederación señala que, en los últimos cuatro meses, la atención política y mediática internacional se ha centrado con razón en la propagación del virus. Lamentablemente, las réplicas de la pandemia se están anunciando como aún más complicadas y letales que el impacto del virus mismo, especialmente para las comunidades más vulnerables de los países más pobres.
El confinamiento en Europa, Estados Unidos, China y Japón ha descontrolado la economía mundial, que ahora está anclada y los intercambios económicos están en su punto más bajo. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU indica en sus proyecciones para todo el mundo que el número de personas al borde de la inanición se duplicará, como resultado de la COVID-19 y podría llegar a 230 millones de personas.
Caritas en Ucrania organizó una cena especial de Pascua para los necesitados, incluidas las personas sin hogar. Foto de Caritas Spes, Ucrania.
África es el continente más afectado, que experimenta escasez de alimentos, debido al confinamiento, así como una diversidad de desastres como inundaciones, sequías, invasión de langostas, malas cosechas. Muchos países de Oriente Medio, América Latina y Asia ya están al borde de una grave crisis alimentaria que conduce a la malnutrición infantil y a la inanición en los adultos.
Los migrantes se encuentran entre algunos de los grupos más vulnerables. Los desplazados internos y los repatriados también se ven gravemente afectados por la crisis alimentaria y la falta de condiciones de vida seguras.
Muchos de los que regresan a Venezuela pueden enfrentar a la inanición o la hambruna. Los migrantes indocumentados son otra comunidad que será la más afectada porque no entran en ninguna de las categorías que pueden recibir ayuda pública. Las autoridades locales deberían garantizarles el acceso a los servicios esenciales y asequibles, y en particular a la atención de la salud.
El Secretario General de Caritas Internationalis, Aloysius John, dijo: “Somos conscientes de que estamos ante una emergencia atípica, en la que los principales países donantes son los más afectados por el virus. Pero necesitamos saber que el desvío de la ayuda internacional para responder a las necesidades nacionales no será la solución correcta”.
Por lo tanto, Caritas Internationalis exhorta a la comunidad internacional a:
- suspender las sanciones económicas contra Libia, Irán, Venezuela y Siria, con el fin de permitir la importación de medicamentos, equipos médicos y artículos de primera necesidad para la población local;
- dotar a las organizaciones religiosas de los medios necesarios para responder a las necesidades prioritarias como resultado de la COVID-19, lo que significa llevar a cabo programas de microdesarrollo, que puedan garantizar la seguridad alimentaria de las comunidades más pobres, así como asistencia humanitaria, sanitaria y ayuda en efectivo;
- asignar fondos adicionales para apoyar a las comunidades más vulnerables a sobrevivir durante este período de confinamiento;
- garantizar el acceso a los servicios esenciales y asequibles para los desplazados internos y los refugiados, incluyendo el acceso a los campamentos de desplazados internos y refugiados para garantizar la ayuda humanitaria.
“Podemos detener otra gran crisis humanitaria, si se toman medidas valientes y audaces para anticipar y apoyar a las comunidades más vulnerables. Caritas Internationalis se une al llamamiento del papa Francisco a promover una “solidaridad mundial creativa” y mirar más allá de la respuesta a la COVID-19 para evitar otra gran tragedia humanitaria”, concluye John.
Para obtener más información, comuníquese con Marta Petrosillo en [email protected].